The Constructed Moment

This blog discusses the way in which we design, make, select, evaluate and publish fashion and advertisement photographies as a sub-genre. This is a place of reflection. We have no unveiled truths, yet we are seeking answers.


lunes, 28 de julio de 2014

Pasarelas y formatos

O Notas a Colombiamoda 2014. 
Primera parte







"El espectáculo de lo bello, en cualquier forma en que se presente, levanta la mente a nobles aspiraciones."
— Gustavo Adolfo Bécquer 




“A veces el ángulo desde el cual se ve el problema, es el problema”

— Søren Kierkegaard —






Termina la anual edición de Colombiamoda 2014, sin duda el evento más grande e importante de la moda colombiana. Es claro que un evento de esta magnitud esta construido a partir de muchas pequeñas acciones realizadas por una gran cantidad de personas, no solo de la organización (en todos sus niveles) sino también por los participantes (desde los grandes actores, diseñadores, periodistas, industriales, hasta los simples espectadores). La sinergia producida por las acciones de todos ellos permite la consolidación de un evento de estas dimensiones.

Uso  adjetivos que reflejan la dimensión del evento, sus números (negocios, visitantes, espacio ocupado, etc.) y la mezcla de tres frentes: comercial, académico y pasarelas.

Escribo desde la perspectiva de un fotógrafo en pasarela. Esa es mi actividad dentro de la feria y el centro de mi reflexión, aunque a veces toque otros linderos. Mi principal preocupación es la de hacer las mejores imágenes posibles para la publicación para la que trabajo, Infashion, la revista de moda más importante de este país. En consecuencia, mi análisis es sobre la construcción de la imagen no solo en el contexto de la publicación para la que trabajo, sino también de los insumos que el evento me proporciona para la realización de dichas imágenes (espacio, iluminación y modelos principalmente). Aunque es cierto que la fotografía de pasarela califica más como un tipo de fotografía periodística, debido a lo irrepetible del suceso, es claro también que este evento es construido: se diseña y pone en ejecución una serie de acciones de escenografía, coreografía e iluminación para esta puesta en escena.

En realidad, lo nuevo que ingresa a mis notas 2014 es poco. A mi criterio, este año se repitieron muchos errores para la construcción de una imagen de gran calidad[i]. Si después de tres años de denunciar que las modelos aún caminan por áreas de transición de la luz el problema sigue ocurriendo, empieza a revelarse un problema estructural en la manera que realizamos las cosas.

El asunto no queda ahí: este año los nuevos formatos han dado pie a otros análisis. La evaluación es difícil, pues debe considerarse el objetivo de estas innovaciones y los resultados obtenidos. Sobre las motivaciones tengo información limitada, pero con respecto a los resultados creo que puedo dar mi perspectiva.
Es comprensible, no sabría decir si necesario,  que los organizadores busquen nuevas formas de renovar y brindar nuevas experiencias a los espectadores del evento. Me parece que estos nuevos formatos (usare mucho esa palabra de aquí en adelante) tienen lados positivos y negativos.

Los formatos dan forma a las cosas, las contienen, y les dan funcionalidades. Definen para que sirven y para que no. Asunto fundamental hoy en día donde algunos procesos creativos son consecuencia de la transgresión de géneros y formatos, por ende tenerlos claros es obligatorio.

Es función del diseñador de estos espacios y de los productores de cada evento, tener claro el balance entre ambas posibilidades. Debe pensarse si este equilibrio entre lo que se gana y se pierde con los riesgos perjudica los objetivos perseguidos con el evento.

Creo entender que una pasarela de moda es un espacio para que los diseñadores presenten sus colecciones a prensa y compradores. Para la prensa, es fundamental la imagen fotográfica en su comunicación y para los gestores del evento, esta comunicación representa un retorno de inversión en lo que llamamos “Free Press”.
El formato de una pasarela tradicional (en este caso, pasarela 1) es conocido ya por sus aciertos y limitaciones. La cercanía de la primera fila para apreciar las prendas es clave para los ojos agudos, una ventaja de esta pasarela. Otra sería la realización de imágenes frontales de los modelos, el estándar para los medios tradicionales (para algunos medios, si la imagen no es frontal, no se publica).

Uno de los principales problemas de este formato es el ancho de la pasarela, ya que mientras más extensa, mejores condiciones para el registro frontal con un fondo uniforme (sin los pies o cuerpos de los espectadores, produciendo una imagen más limpia) de una mayor cantidad de fotógrafos. Este ancho implica una mayor distancia con respecto a los invitados, quienes también asisten para apreciar la colección. Estos son los pros y contras de los que hablo cuando se enuncian las características y modificaciones de los formatos.

La pasarela 2


En la pasarela 2, el nuevo formato, sucedieron varios inconvenientes:
No hubo comunicación: en ninguna pasarela se notificó a los fotógrafos sobre el trayecto de los modelos, los valores de exposición o la temperatura de color (el último es pedir un poco más, pero tampoco es un dato imposible). Sin lugar a dudas, muchos de los problemas del formato radicaron en que no se informó correctamente a la prensa o a los mismos productores de cada montaje. Para rematar, aún se manejan conceptos caducos: tarima y parada de prensa, modelos caminando en cualquier dirección y justificación de conceptos en que “ya alguien más hizo lo mismo”.

Sobre la tarima de prensa diré que hoy no todos los medios quieren o necesitan estar en el mismo punto o hacer la foto de la modelo posando a la cámara, algunos prefieren o necesitan imágenes de modelos caminando, por ende la parada es opcional dependiendo no solo del diseñador sino también del ángulo escogido por el fotógrafo o camarógrafo.

No fue claro cómo se haría el registro y como se atenderían los tres frentes de público. Se supuso que una tarima frontal sería suficiente para las cámaras y asiento en primera fila para los editores (algunos de los cuales también manifestaron su inconformad con el espacio). La pasarela 2 tiene formato complicado de varios frentes (no hay un frente para la prensa y un lateral para la primera fila como en la pasarela tradicional o la uno). Este espacio permite gran variedad de posibilidades, por ejemplo que en todo un desfile no puedas ver a una modelo de frente, o que solo el 50% de las modelos te den el frente y el otro 50% no, depende de cómo se diseñe el trayecto. En otras palabras, los tres frentes de la pasarela no fueron aprovechados de la misma manera, dificultando el registro de imagenes y la valoración de los editores de moda.

Después del desfile de Custo Barcelona, que tradicionalmente no lleva paradas de las modelos, una gran cantidad de fotógrafos obtuvo solo imágenes laterales. Algunos comenzaron a buscar otros lugares para hacer el registro que no estaban contemplados inicialmente, complicando la logística. Para hacer un cubrimiento decente de la pasarela 2 no se necesitaba un fotógrafo sino tres, como lo hicimos para el desfile de Kika Vargas para Infashion. Esta pasarela eliminó la certeza de tener un solo punto óptimo para realizar la imagen.

Sobre la la luz y las modelos: no hubo coordinación entre los trayectos y la iluminación dispuesta, fue constante que las modelos entraran y salieran de las áreas de luz a las de sombra con el consabido cambio de exposición que ello implica, asunto que da irregularidad a las imágenes. Seguramente alguien dirá que para eso las cámaras modernas tienen incorporados exposímetros y modos automáticos de exposición, pero la respuesta no es tan sencilla. Si se quiere tener un correcto registro de los tonos de las prendas y por ende de su color (súmenle a esto calcular la correcta temperatura de color), la manera más acertada es la exposición manual para evitar que la variación de los tonos del vestuario implique un cambio de exposición en un lugar que tiene una intensidad de luz uniforme.  Lo anterior sin contar el gran contraste de iluminación entre las áreas de luz de la pasarela y sombra en que queda el público, diferencia lumínica que hace difícil un cálculo acertado de exposición. Además, debido a la inmediatez de las comunicaciones muchas de estas imágenes se suben directamente a internet sin correcciones. Por lo que la exposición manual les da uniformidad.

Creo necesario informar a las modelos que deben caminar por donde está la luz. Donde hay luz, hay imagen. Agregaría entonces que la regla número uno en pasarela para un modelo es no tropezar, la segunda es caminar por la luz.
Por último, la justificación que aparece cada vez que cuestiono estos nuevos espacios, espacios (si quieren usen la palabra formato, con casi todas sus significaciones para la moda)  inmediatamente alguien informado me indica que ya lo uso x o y en a o b sitio.  Diseñar y realizar un formato que se usan en otras latitudes implican una adaptación, asimilación y comunicación.

En otras palabras los formatos no son transmutables por la sola justificación del deseo. 








¡Detengan todo!



¿Y si el supuesto sobre el que escribo esto está equivocado? no estamos pensando en mostrar diseño y colecciones, sino en un evento: más show de moda que pasarela de moda. Personalmente creo que lo presentado por GEF lo deja claro, más que un desfile fue un show, y en ese sentido,  perfectamente realizado y el espacio ofrecido fue ideal para ello.

Es claro que no todos los actores de un evento persiguen los mismos objetivos, también hemos de reconocer que las pasarelas reflejan las tensiones de la industria: la moda masiva vs las colecciones de diseñador. La comunicación especializada vs la moda como espectáculo, asuntos que no solo se reflejan en las pasarelas sino también al interior de la feria comercial.

Lo anterior puede entonces explicar la aparición y, seguramente, la continuidad de este formato con todas las correcciones necesarias. También explicaría ese tratamiento de convidado de piedra a los fotógrafos y camarógrafos que parecen más en un espectáculo o concierto tratando de lograr una imagen en la medida que sus capacidades lo permiten que dentro de un evento creado y articulado para comunicar el ejercicio de moda local, no solo a nivel nacional, sino también al resto del mundo.

Y es aquí donde aparecen las preguntas sobre los objetivos de las pasarelas: ¿Las debemos entender como espacios del diseño? ¿Espacios para las relaciones publicas de las empresas? y si son ambas ¿en qué orden de prioridad?
Ya con eso claro cada cual podrá ejecutar y evaluar sus acciones con claridad. Yo por mi parte revisare si mis planteamientos para la construcción de la imagen son válidos o estoy en el lugar equivocado.

Por ahora dejemos así, seguiremos la otra semana con otras cosas que se vieron y fotografiaron en esta feria.


Show de GEF en la pasarela 2


jueves, 10 de julio de 2014

Una historia mal contada




“Un fotógrafo sin una revista a sus espaldas
 es como un agricultor sin campos”
―Norman Parkinson —




Últimamente —hoy sin éxito— trato de escribir sobre asuntos donde no estoy involucrado directamente. Aunque este blog en su esencia es de opiniones personales sobre lo que considero correcto al momento de crear, realizar o publicar fotografías, la distancia al hablar de temas de terceros puede darme la suficiente objetividad para escribir estas líneas.

Hablando de subjetividades, creo necesario aclarar que parte de mi educación fotográfica viene de las revistas de moda, desde hace ya varios lustros compraba con ansiedad y cada que podía revistas como Vogue, Elle o Harper’s Bazaar aun sin entender la complejidad del mundo de moda que ellas describen. Podría confesar que añoro el lineamiento de diseño de la Elle de los 80, soy fanático del gran formato de W y aun conservo algunos de los ejemplares de cuando era tamaño tabloide. Particularmente, al día de hoy, el diseño de la Vogue italiana es de mis favoritos: una mezcla de lo viejo con lo nuevo, la tradición de la moda y la vanguardia. Para terminar este listado de publicaciones: cada vez admiro más a la Vogue española, una revista que corre riesgos y sorprende sin dejar de ser comercial, algo fundamental en este medio. No es el simple ejercicio de llenar la parrilla de contenidos, es dar un enfoque distinto a lo que vemos, de sorprender (dos intenciones muy fotográficas). Para resumir: lo que más admiro de las revistas extranjeras es su capacidad de asombrar, de dar nuevas formas a lo viejo (esa última intención es muy de moda).

Básicamente hay dos tipos de editoriales que aparecen según la publicación: las asignaciones y las colaboraciones.
En el primer caso, la revista te indica el tema y te da las directrices generales de lo que va a realizarse. Este trabajo suele ser pagado, asumiendo la publicación el costo de producción además del salario de todos los colaboradores.
Las colaboraciones, por otro lado, son trabajos que generalmente realizan colectivos: fotógrafos, estilistas, maquilladores, peinadores o modelos, por nombrar algunos. Estos colectivos buscan la divulgación de su trabajo en un medio que les ofrece publicarlo sin ninguna contraprestación económica ni pago de los gastos de producción. Pueden ser solicitudes directas pero también pueden ser proyectos presentados al medio buscando que sus editores decidan publicarlo.
En este último caso, el espacio para mostrar su trabajo es la contraprestación que obtienen aquellos que ofrecen su tiempo y recursos en la realización del editorial.

Yo estoy convencido de que un fotógrafo de moda debe publicar en revistas. Estas publicaciones no solo son dinamizadoras de la industria de la moda, sino también del éxito de los fotógrafos que en sus páginas aparecen. Es probable que el lucro económico de un fotógrafo llegue de sus trabajos comerciales (los cuales son varias veces mejor pagados que sus proyectos editoriales), pero son las revistas las que permiten a estos profesionales consolidar su estilo fotográfico y enriquecerlo, ofreciéndole un espacio creativo libre de las restrictivas necesidades comerciales de las marcas. Irónico que al final las marcas terminan adoptando estéticas editoriales: todos hemos tenido un cliente que nos señala una revista indicándonos que quiere algo así.

Bueno, luego de la anterior diatriba de culebrero (ambientando la historia), va el tema central de la entrada. No me siento satisfecho con la publicación de uno de mis trabajos recientes en una de nuestras nuevas publicaciones de moda. Hay varios elementos por analizar, así que intentaré ser ordenado y no atropellar las ideas.

Aclaro también que es una crítica difícil, pues involucra personas que considero amigas, a quienes les reconozco su vocación, esfuerzo y entusiasmo por lanzarse a un proyecto editorial de moda en Colombia. No es la primera o la última vez que lean en este blog que nos falta construir cultura fotográfica, de moda y editorial. Es posible que a muchas personas dentro de la industria les cueste entenderlo.
Lo único que falta para empezar es citar la filosofía Corleone: “no es personal, solo son negocios”. Por favor, tómenlo así, ya que la única forma de construir esta industria de moda es haciendo ejercicios de opinión sobre nuestras disciplinas, como medio de reflexión, reconociendo dónde debemos mejorar y siguiendo adelante.

Estamos hablando de Focus Magazine en su 3ra edición (link). Creé para ellos un editorial con el estilismo de Tatiana Moreno, sobre una idea de ella, inspirada una frase de Pierre Balmain “Lo más importante del vestido es la espalda. Es el último recuerdo que dejas al salir de un salón”.

Inicialmente pensamos en expresar esta idea en un solo plano y reflejar página a página cómo se alejaba, mas el día de la realización las cosas se dieron para ir variando los espacios, por lo que definimos como unificador el uso de la perspectiva geométrica en la imagen, como un patrón que se repetiría toma tras toma. Los elementos variables serían los diferentes espacios y la iluminación, manteniendo todas las poses de espalda. Realizamos un editorial de 10 páginas, contando con que el cierre del lomo del cuadernillo que partiría las dobles páginas, nos permitiría jugar con el centro de perspectiva. En otras palabras, era un editorial pensado para ser impreso. Lo que constituía un juego del espacio que no había visto anteriormente en ninguna otra publicación. Por tema y desarrollo, cque entregamos una historia sólida.

Van imágenes de como se publico. (Tomadas de la edición virtual)







Tengo varios comentarios sobre la cantidad de fotos, la distribución, el diseño y la edición, casi todos enunciados en una entrada anterior. [1]

Se publicaron solo 4 imágenes para 5 páginas, cortando la historia por la mitad. Está claro que es decisión del editor definir la cantidad de imágenes a publicar y la cantidad de editoriales en cada publicación. Se publicaron 10 editoriales con entre 4 y 6 páginas. El máximo de la publicación es el mínimo que se usa intencionalmente para un editorial. De 50 páginas separadas para editoriales se podrían realizar 6 editoriales de 8 páginas cada uno, o 5 editoriales de 10 páginas. Seguimos hablando de una buena cantidad de editoriales, superior al de muchas publicaciones.

Esto es un dilema de cantidad vs calidad.

Muchos editoriales cortos no hacen una mejor publicación. Debemos aclarar que nosotros asumimos una cantidad mínima de páginas, pues nunca nos definieron un límite (la mayoría de espacios para editoriales colaborativos dan instrucciones con este criterio[2]).

El segundo punto de análisis es la distribución: rematando el editorial en página par para ubicar publicidad al frente. Si bien es una práctica que gana terreno en publicaciones más comerciales, aun y afortunadamente las grandes revistas de moda aún no sucumben. Esta diagramación no resulta ventajosa para la historia editorial o para la marca pautante, pues se trata de mensajes diferentes, robándose mutuamente una interpretación del lector.

Algo similar ocurre con algunos editoriales, en esta publicación, que incluyen a su interior el texto del respectivo artículo, rompiendo la magia y continuidad del editorial con un corte de texto.

Otro tema para analizar es la plantilla de diseño en la que se montaron todos los editoriales: los mismos márgenes blancos enmarcando cada imagen. Solo vi sangrada una doble página. Me parece que parte del trabajo del diseñador es darle el mayor impacto visual al material presentado en la publicación, dentro de las posibilidades del lineamiento editorial. Debe definirse un orden y un manejo de márgenes, lo que en algunos casos significa presentar algunos editoriales sangrados, otros con margen y la solución más común: imágenes sangradas alternadas con otras con margen en un mismo editorial (esta solución es común en otras publicaciones). El editorial que motiva esta entrada estaba pensado para ser publicado en página sangrada, para así acentuar el patrón de perspectiva que se repetía doble-página tras doble-página.

En cuanto a la edición de las imágenes, creo que las mejores fotografías se encontraban en el final del editorial: la iluminación nocturna funcionó mejor que la diurna, ganando en espectacularidad y produciendo mejores resultados. En esas últimas fotos, el estilismo se valía de marcas más comerciales, cuya aparición podía apoyar las relaciones comerciales de la revista con posibles pautantes, un tema que es parte de la realidad económica de los medios editoriales.

He dicho casi todo sobre la publicación de este editorial. Por longitud, edición y diagramación, terminamos en una historia mal contada.



Les dejo aquí copia del material como se envió. Aclaro aquí, que el material se envió numerado y presentado todo en doble pagina, (aun siendo 1 doble pagina y 8 fotos a página sencilla)  para que al armarse quedara en el orden que deseábamos para su publicación. 
Para version con créditos pueden verlo aqui









[1] Otra entrada muy similar sobre los problemas de presentación del material: http://elmomentoconstruido.blogspot.com/2011/08/del-diseno-grafico-el-editorial-y-otras.html
[2] De este tema, las condiciones de algunos sitios que reciben contribuciones,  toca hablar mas adelante.

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