The Constructed Moment

This blog discusses the way in which we design, make, select, evaluate and publish fashion and advertisement photographies as a sub-genre. This is a place of reflection. We have no unveiled truths, yet we are seeking answers.


martes, 28 de octubre de 2014

Cuarentena






¿Qué quiere el yo contemporáneo? La cámara ha creado una cultura de la celebridad; el computador está creando una cultura de la conectividad. Al tiempo que convergen… Tanto la celebridad como la conectividad son formas del reconocimiento. Eso es lo que el yo contemporáneo quiere. Quiere ser reconocido, quiere estar conectado: quiere visibilidad. Si no ante millones de personas, como en un reality o en El show de Oprah, entonces ante cientos de ellas en Twitter o Facebook. Ésta es la característica que nos define, así es como nos volvemos reales ante nosotros mismos: al ser vistos por otros. El gran pavor contemporáneo es el anonimato.
— William Deresiewicz —






Por todos es sabido que internet y las redes sociales han cambiando de manera sustancial la forma en que nos comunicamos, imponiendo cambios en los medios de comunicación tradicional.

Este contraste entre la rapidez con la que compartimos información y el tiempo que se demoran en salir los trabajos publicados crea dilemas que a veces nos pasan desapercibidos en nuestro nuevo afán de estar anunciando por las redes las ultimas noticias de nuestras vidas: es así como a cada instante podemos saber quién con quién esta haciendo qué en dónde.  

Esta realidad crea nuevas situaciones que es necesario analizar, y que inicialmente traigo a colación debido a una realidad que sucede con mis estudiantes durante las sesiones fotográficas, los cuales a veces parecen más preocupados por la imagen a realizar en sus celulares que la foto final para la cual estamos todos trabajando. Esta realidad no es exclusiva del ambiente académico, sino que se extiende a nuestra actividad comercial y editorial.

Ese afán de menciones y likes en las redes sociales termina desgastando el contenido de las publicaciones cuando se termina mostrando más de lo que se debe. Chiviando el material dirían los viejos periodistas. Y es entendible que este contenido se use para generar expectativa, más esta no puede canibalizar, por usar un término de mercadeo, el contenido de la publicación.

De hecho, creo que aun con la publicación en quiosco es necesario dejar un margen de maniobra al material en función de la publicación que hizo posible su realización. No tiene sentido que uno pueda encontrar todo el material en las redes sociales de los involucrados en vez de ser un abrebocas que invite a mirar la revista o los sitios oficiales de aquellos que pagaron por su realización. Asunto distinto a las marcas comerciales que se benefician de publicar todo el material de la forma más amplia posible. Su producto figura en las fotografías, mientras en una revista, las fotos hacen parte del producto.

Algunos sitios llamados “de contribución” en los cuales uno presenta su trabajo, y no hay contraprestación económica, tienen unas condiciones de exclusividad mas estrictas que muchas de las publicaciones que sí pagan por le material que se realiza para ellas.


Les comparto esta reflexión que considero importante, no solo para los que laboramos como creadores de contenido final para los medios, sino también a los editores de estos, los cuales deben establecer políticas claras sobre el manejo del material que se realiza durante las producciones y que se usa no solo para documentar y promocionar nuestro trabajo, sino que debe servir también para la promoción y éxito de los medios para los cuales trabajamos. 




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