The Constructed Moment

This blog discusses the way in which we design, make, select, evaluate and publish fashion and advertisement photographies as a sub-genre. This is a place of reflection. We have no unveiled truths, yet we are seeking answers.


martes, 23 de abril de 2013

La comida entra por los ojos





“Se compra lo que se desea”
—     De los textos de publicidad —



Al interior de la fotografía comercial y de la de producto respectivamente, aparece el campo de la fotografía de alimentos; el cual, fuera de entretenido y en la mayoría de los casos muy sabroso, es muy agradecido con las imágenes que para este se producen. En esencia no es un área de gran exigencia técnica y aunque se pueden llegar a tomas de gran elaboración y complejidad es un campo donde la sensibilidad con los alimentos que se presentan en la imagen es el principal protagonista.

En casi todos los textos de fotografía comercial se habla de lo denotativo y lo connotativo de la imagen: lo que esta muestra y lo que podemos comunicar más allá de la descripción de los objetos. Y es en esta comunicación donde muchos de las fotos de alimentos fallan: no es mostrar un alimento lo que busca la imagen, es provocar el deseo de consumirlo, creo en ningún otro genero la función de vender de una imagen publicitaria es tan inmediata, una buena foto de alimentos genera en nosotros la sensación de “yo quiero”, que rico” o “eso parece muy bueno”. ¿Acaso no es eso lo que busca la publicidad?


Pero es claro que no todas las fotos de alimentos convencen, ¿cuántas ve usted que no le provocan ningún deseo? Mostrar el producto no es venderlo, cuántas veces toca decirle eso a los clientes. Mostrar el producto es indicativo de que este existe, pero en el mundo existen mil cosas que no necesitamos, generar el deseo de consumirlo es la función primordial del mensaje publicitario.

Al inicio digo que la fotografía de alimentos puede llegar a no ser técnicamente compleja, ya que las soluciones muy elaboradas en ciertos casos puede agregar una sensación de irrealidad a la imagen que puede ser contraproducente en la búsqueda del efecto deseado ya que la imagen parecerá falsa y la comida pude empezar a parecer de plástico lo que arruina el efecto; en la mayoría de los casos el éxito de la fotografía de alimentos está en su puesta en escena, en tener la sensibilidad adecuada para presentar el plato de la mejor manera posible, por eso generalmente es necesario un maquillador de alimentos con el que se trabaja cuando no hay un chef al frente del plato que estamos fotografiando. Uno u otro son los encargados de aportar esa dosis de sensibilidad hacia el alimento que a muchos fotógrafos les puede o nos puede faltar a la hora de realizar la fotografía.



Es esa dosis de sensibilidad al trasmitirla en la imagen es la que hace que un arroz se vea con la textura adecuada, que un reducido quede con el color preciso, o que una torta tenga la textura adecuada en la imagen, porque si algo utilizan las fotos de alimentos es el color (nótese que es casi inexistente la foto en blanco y negro) y la textura de estos para provocar sensaciones en el espectador.


Por eso es lamentable ver muchas fotos de alimentos mal presentados, que ilustran cantidades inadecuadas de este, sin una descripción adecuada de las texturas, los volúmenes, el color y los ingredientes que el plato tiene para ofrecernos. De la misma manera que nos sentiremos engañados con una buena foto, cuando el plato que llega no es cercano a lo que la imagen nos representa. Es necesario hacer siempre una representación justa de los alimentos, que cuando estos lleguen sean lo esperado, pero que también nos hablen de la mística de quien los prepara. ¿Qué se puede esperar de un lugar que nos muestra los alimentos que vende de una forma deslucida y sin gracia?
Fotos: Jose Luis Ruiz

Comer es algo casi tan necesario como vestirnos, darle gusto al paladar en algunos caso puede compararse con la sensación de vernos frente al espejo con algo que sabemos no hará lucir mejor. Son muchas las analogías que podríamos hacer, de la misma manera que las podemos hacer con las funcionalidades de las imágenes de moda y alimentos.

No es solo mostrar el producto, es crear un mundo de sensaciones alrededor de él. Eso es más cercano de lo que parece a simple vista.







viernes, 5 de abril de 2013

Educar clientes.





“¿Cómo se establece el código? Esencialmente a través de la producción de imágenes, la sucesión de imágenes que establecen así su propia teoría.”

“El triunfo de cualquier código es el de hacerse olvidar como tal, y dar la ilusión de que el mismo está determinado por imperativos “naturales.”  
   
“No se pasa de un código a otro, por la sola gracia de la sensibilidad.”

— GAY GAUTHIER —





Escribía hace días sobre los clientes, me refiero a las empresas o personas que contratan la realización de sus imágenes. El tema me parece fundamental pero hoy lo abordo de otra manera. ¿Qué debería contener un curso de apreciación de la fotografía publicitaria, sea esta moda, producto, alimentos, orientada a los clientes? Porque mis observaciones de la semana pasada no se deberían quedar en eso, es necesario siempre que se pueda, plantear soluciones.

Un curso para los clientes debería iniciar con la constitución de un glosario para hablar de la imagen: iniciarlos en el vocabulario común que nos permite hablar de la imagen y describirla. Luego se debería pasar a una revisión de la funcionalidad y características de la fotografía publicitaria: para que sirve, y que diferencia a la fotografía publicitaria de los otros géneros fotográficos.  

Por lo anterior es necesario entrar a reconocer los diferentes géneros fotográficos para poder diferenciarlos con claridad, ya que la fotografía publicitaria es transversal a los géneros fotográficos; en otras palabras se alimenta de ellos en la constante búsqueda de lo novedoso y como elemento de atracción al espectador, lo que le permite cumplir con su funcionalidad principal: vender.  

Expliquémoslo distinto: los géneros tradicionales que son retrato, bodegón, paisaje, y otros más recientes como el desnudo y el reporterismo, etc. Pueden ser usados dentro de la fotografía publicitaria sin ninguna motivación mas que la de permitir constituir un mensaje para poder publicitar un producto o servicio. A partir de lo anterior entendemos que lo publicitario no funciona como un género en sí, pero si como una imagen codificada, por un recorrido histórico, que permite al espectador entender que se le está comunicado y diferenciar de ese mensaje el producto o servicios que se están promocionando.

Lo siguiente seria entender la fotografía publicitaria, como una imagen construida, cosa que la mayoría puede saber, pero concentrándonos en que esa imagen no responde a una sola construcción, hay múltiples construcciones de esa imagen, algunas más acertadas que otras, y a partir de este tema entender las funciones de cada uno de los integrantes del equipo de trabajo que se constituye para la elaboración de la imagen publicitaria.  

Para terminar es importante una reflexión sobre el papel del fotógrafo dentro del equipo que realiza la imagen, como este al concretar la imagen se constituye como propiciador del dialogo del equipo de trabajo. Asi mismo una reflexión sobre lo que llamaríamos los elementos de estilo de un fotógrafo y la necesidad o no de adoptar estos elementos de estilo dependiendo del mensaje que se está constituyendo.  

Y por último, así como hablamos del estilo de los fotógrafos, es necesario hacer una reflexión sobre otros ejercicios de estilos que se constituyen a partir de imágenes, que serían por ejemplo las revistas y las marcas.  

Porque si hablamos de estilos, al final hablamos de códigos, y el objetivo del curso seria que los clientes tengan claridad de cómo, porque y para que se construyen códigos para comunicar.

Tal vez, debería haber empezado por ahí.