The Constructed Moment

This blog discusses the way in which we design, make, select, evaluate and publish fashion and advertisement photographies as a sub-genre. This is a place of reflection. We have no unveiled truths, yet we are seeking answers.


martes, 17 de diciembre de 2013

Los sabiondos.




"Llegamos, pues, a la conclusión paradójica de que el desciframiento de las fotos es cada vez más difícil cuanta más gente acostumbra a tomarlas: todo el mundo cree inútil descifrar fotos, ya que todo el mundo cree que sabe cómo se toman fotos y qué significan"

— FLUSSER —






Muchas cosas han pasado desde la última entrada: plagios de ilustraciones, columnas con demasiadas citas sin comillas que cuestionan sobre lo que es original y dónde comienza el plagio. Así mismo el tema central de la última entrada sigue dando vueltas en mi cabeza. Pero he logrado resumir casi todo en un asunto: edición.

Que sepamos ver fotografías, o imágenes en una concepción más amplia, no necesariamente indica que entendamos lo que estamos viendo, que podamos ver una colección lo mismo. La moda y la fotografía son un asunto lleno de facetas. Egos y facetas para ser más exacto.

Estamos llenos de sabiondos en este mundo de la moda. Criticamos y editamos el trabajo de otros a veces con una vaguedad de criterios que asusta, apoyados simplemente en un me gusta o no me gusta. Síntoma de que desautorizamos con facilidad el saber de los otros aún sin comprender la complejidad de lo que puede contener. Los académicos desautorizan el ojo entrenado que detecta y es capaz de referenciar detalles visuales en una colección que ante ellos pueden pasar desapercibidos, asuntos de la superficialidad dirán algunos y en el sentido contrario a los académicos de moda seguramente los desautorizan por su manera de vestir o por no ser tan fashionistas. Perdón por la generalización.

Así mismo vemos y nos enteramos de fricciones entre los diferentes actores de los medios generados por la diferencia de contenidos que estos presentan. Como si hubiera un contenido correcto, a veces sin entender que el público de la moda no es siempre el mismo público y que los contenidos y profundidad de los mismos puede variar en función de ese. En otras palabras más claras: egobloguer, bloguer, comentaristas, periodistas, analistas y académicos etc. Tienen diferentes públicos a los que sirven con sus contenidos. La joven que ve e imita a su egobloguer favorita hoy puede ser la lectora de blogs y ensayos sobre la moda el día de mañana, todo necesita un comienzo.

Creo lo anterior se puede ver como un asunto de edición de contenidos, se edita el contenido para que este acorde a los públicos que atendemos. Por lo demás casi todos los enunciados arriba desde el egobloguer hasta el académico hacen un trabajo de edición.

El asunto es como lo hacemos y que seriedad le ponemos a la tarea. No podemos llamarlos editores a todos, es un trabajo especializado como otros del sector. Que seleccionar o editar parezca fácil, no significa qué el que lo hace entienda lo que esta seleccionando.

¿Que tan hábil era el ojo editor de la autora y los editores del libro retirado por plagio de las ilustraciones? A veces creo que la niña Gabriela es la del cuento del traje del emperador, con su travesura gritó “ojo están desnudos” tendríamos que ver que portafolio presento para concluir eso. Pero en realidad no creo que hayan visto su trabajo, al menos en profundidad, sus credenciales personales por lo que se ha escrito eran demasiado buenas. ¿Cuáles son entonces los criterios para escoger colaboradores en una de las piezas máximas de la industria editorial?, un libro. ¿Una simple recomendación es suficiente?

Caso similar pasa cada que encontramos publicadas imágenes que detectamos son reconstrucciones o reproducciones de imágenes de otros fotógrafos y medios, lo que tan acertadamente denominaron “fotocopias colombianas”, dónde está el trabajo de los editores. ¿Cómo funcionan los criterios editoriales en ese caso?

En lo académico también tenemos problemas de edición, en el ámbito universitario cada vez hay más presión por mostrar. Mostrar los productos de un curso. ¿A que público? A veces creo no lo tenemos claro. Hay trabajos que no deben salir de un salón, otros de una facultad y por ultimo de la universidad. Obviamente mostramos para enseñar a partir de lo que se expone. En lo académico mostrar los errores puede ser muy ilustrativo, sin embargo estos resultados no deberían salir del salón, aquellos logros interesantes, no necesariamente completos, que marcan caminos para la comunidad académica no deberían salir de una facultad y como universidad sólo se debería compartir hacia afuera aquello que tenga unos criterios de excelencia claramente definidos.
Tienen las universidades criterios claros de ¿qué se muestra?, ¿Por qué?, ¿quién lo edita? y ¿a quién se orientan los diferentes contenidos que se producen?

Lo anterior sin mencionar la presión por no sólo mostrar, sino mostrar mucho, como si colecciones más grandes por ejemplo mostraran más, o editoriales con muchas fotos fueran mejores, y para aclarar me refiero al caso cuando se detectan fotos que no dicen nada nuevo, es la misma prenda con pequeñas variaciones, no nos enseñaron los maestros que se trabajaba para lograr una gran imagen y que el resto quedaba en el proceso. Si se agrega una imagen es porque esta tiene algo más que contar, no por contar lo mismo desde otro ángulo. Pero estos tiempos de la reproductividad digital y la constante generación de contenidos cada vez se hace más difícil que esta lección llegue a los alumnos: quieren mucho, la calidad no importa. Un problema de edición.

Y aquí me edito yo. Declaro suficiente ilustración. No por agregar más ejemplos quedara mejor.




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