The Constructed Moment

This blog discusses the way in which we design, make, select, evaluate and publish fashion and advertisement photographies as a sub-genre. This is a place of reflection. We have no unveiled truths, yet we are seeking answers.


miércoles, 5 de septiembre de 2012

Maltratando el editorial




"La creatividad es permitirse cometer errores, el diseño consiste en saber cuáles conservar."
— Scott Adams






Escribía en twitter hace varios días acerca de los editoriales de 6 páginas. El reducirlo a un número menor de 8 páginas, siendo 10 el mínimo frecuente a nivel internacional, es acortarlo demasiado.

El editorial como género se origina en el foto reportaje y el ensayo fotográfico, ambos géneros con posibilidades de ser extensos. Para citar uno está el trabajo de Peter Lindbergh en la edición de diciembre 2012 en Vogue España: 138 páginas con 89 imágenes, más que un editorial es un ensayo fotográfico sobre España. (Link)

Entiendo que el músculo financiero en nuestras publicaciones locales difícilmente permite un editorial de más de 10 páginas. No solo es papel, es la realización de 10 fotos de calidad en un solo día; además, en la medida que la idea es más ambiciosa se puede tornar más difícil su realización, lo que pide en algunos casos realizaciones de dos días que no se acostumbran en nuestro medio.

También he visto últimamente algunos editoriales con varias imágenes por página; pareciendo más un catálogo de almacén o páginas de ilustración de la misma publicación que una propuesta grafica para hacer más interesante la presentación del material. No estoy hablando de aquellos que utilizan varias imágenes en una página como un recurso de narrativa o de solución de la estructura editorial, de lo cual se ve muy poco, me refiero a aquellos que colocan varias imágenes en una página como un recurso grafico para ganar espacio. Lo que nos retrocede antes de los tiempos del Dr Agha, Director Creativo de Vogue, que decide colocar las fotografías en secuencia en varias páginas para que puedan contar una historia. Así mismo con la utilización de una misma imagen en una doble página. La presentación de la historia en varias páginas en secuencia será un aporte posterior más al momento de escribir estas líneas no tengo claro si se le debe atribuir a Alexander Liberman o Alexey Brodovitch

Para terminar la lista de maltratos al editorial, tenemos algunas publicaciones donde el ánimo comercial es superior a su espíritu editorial, terminando editoriales en página par para poner publicidad en la página impar. Lo que rompe la continuidad de la doble página o su enfrentada en este caso.

Un editorial necesita espacio para desarrollarse, para contar la idea; no solo son unas páginas para llenar con imágenes e ilustrar una tendencia o noticia, es un espacio donde los mejores fotógrafos construyen narrativas y experimentan visualmente, dicho en otros términos hacen un ejercicio fotográfico o breve ensayo. Aunque no estamos diciendo aquí que no se pueda experimentar con el formato buscando nuevas soluciones, creo estas no pueden pasar sobre los elementos claves de la estructura del editorial: la narrativa en páginas y el espacio aparte que se genera al interior de la publicación. Porque un buen editorial te trasporta a otro lado sin salir de la revista. Y aunque seguramente algunos defenderán los editoriales de seis páginas, creo la mayoría estaremos de acuerdo que terminarlos en la página par para que en la derecha ubiquen publicidad, o el poner varias fotos en una página recordándonos las paginas donde la revista está obligada a tomar esta solución; son rupturas de ese espacio aparte que el editorial crea.

Tal es la importancia del editorial para las publicaciones y principalmente para la moda, los que han visto September Issue recordaran que gran parte del documental se refiere a la realización de los editoriales, de la edición americana de Vogue septiembre del 2007, como el alma de una revista de moda.

Si esa alma se reduce, al final tenemos es una revista de variedades.






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