Text in english, here
“Como
adicto a los fondos blancos, me resulta extraño que un fondo gris nunca sea
descrito como un fondo vacío, con un fondo blanco es muy difícil evitar que los
elementos gráficos tomen el control. Es muy difícil dar un contenido emocional
a algo tan completamente gráfico y potencialmente caricaturesco, dominado por
el fondo rígido, y ahí reside desde luego su importancia y el desafío que
supone.”
— Richard Avedon —
“De las vacas sagradas se hacen las mejores
hamburguesas”
— Rober Kriegel – David Brand —
Mucho se ha dicho sobre los editoriales de
moda: que ilustran la tendencia, que su origen esta en las historias de foto
reportaje que se utilizo para la imagen periodística en revistas como Vu o
Life, que son un medio de expresión de diseñadores, estilistas, maquilladores y
fotógrafos. Así mismo se habla del mínimo de páginas que por lo que he visto
nunca es inferior a 6 y generalmente es en promedio de 10 páginas, sin estar
obligado a detenerse en ese número.
Es claro también que no es una colección
de fotos acerca de la misma prenda, lo menciono debido a que en estos días
revisando sitios donde reciben editoriales para publicar me llamo la atención que
en varios repetían anotaciones al respecto, por lo que supongo que es un error
frecuente en el material que les presentan a su consideración.
Que ilustran la tendencia me parece una
generalización acertada, pero en realidad creo que un editorial habla de una
serie de prendas reunidas para tal fin a partir de un hilo conductor, siendo la
tendencia el concepto mas recurrente, pero puede ser también a partir de un
diseñador, un tipo de prenda o silueta, una situación de uso o cualquier otro
concepto que un editor de moda considere valido y comunicable para agrupar las
prendas.
Lo otro que considero claro es que un
editorial de moda o una historia de moda, como quieran llamarla, es la pieza
máxima de la unión de la fotografía y la moda, o mejor dicho de la fotografía
de moda. Es por lo anterior que gran parte de la historia de la fotografía de
moda se cuenta a partir de las imágenes publicadas como editoriales de revistas
y menos atención se presta a las imágenes que han sido utilizadas
publicitariamente.
Hablando de lo fotográfico es claro que el
editorial es el formato donde se manifiesta de manera más clara el estilo de
los fotógrafos, de los más creativos y los más repetitivos también, ya que toca
decirlo: a veces con un par de editoriales de un fotógrafo ya se han visto
todos, al menos respecto a lo fotográfico. También es claro que no todos
los fotógrafos responden a un estilo definido a la hora de realizar sus
editoriales, pongo por ejemplo el trabajo de Patrick Demarchelier el cual fuera de su
perfecta ejecución y lineamientos conservadores dentro de al fotografía de
moda, no tiene un grado de definición tal que permita identificarlo como si
sucede con el de algunos de sus colegas.
Mas el editorial no solo responde a las
necesidades estéticas de los fotógrafos, lo hace principalmente a las
necesidades del medio que lo pública, esta línea es más difícil de percibir ya
que en ella se
conjugan múltiples estilos gráficos, fotográficos y de
estilismo o styling además de tener
limitado acceso al material rechazado y las razones de su no publicación.
Un par de ejemplos al respecto son el documental September issue y
el libro unseen vogue.
En el editorial confluyen no solo una
visión de la moda, una necesidad de comunicación sino también una visión de lo
fotográfico. Esos tres elementos se unen para dar vida a un editorial.
Lo interesante de lo anterior es que si
los dos primeros asuntos son claros el tercero pude ser muy libre, lo que no
significa desarticulado sino que puede funcionar sobre cualquier concepto
fotográfico que permita desarrollar los dos primeros aspectos. Es por esa razón
que el lenguaje de la fotografía de moda ha podido evolucionar tan libremente:
si miramos con detalle las imágenes que la historia de la fotografía de moda
nos muestra y partiendo del hecho que la necesidad de comunicación poco ha
evolucionado, veremos que dejando la moda de lado — prendas, maquillajes
peinados e incluyamos poses — la otra gran evolución esta en lo fotográfico, en
la manera de contar la historia, sus recursos visuales, en sus diferentes
contextos y en su estructura. Es de aclarar que la historia de moda no esta
obligada a tener una narrativa como su nombre historia sugiere, cuenta algo
pero no es una narrativa de hechos, esta solución aunque valida no es la más
frecuente. Pero es claro que tienen un hilo conductor, en realidad mínimo dos
el de la moda y el fotográfico el cual en la mayoría de los casos es una
propuesta estética.
Analicemos por ejemplo el manejo del
espacio, siempre me ha parecido muy particular que nadie se queje de lo
repetido que puede ser el espacio en las fotos en estudio, el mismo fondo a
nadie parece molestar, es mas se vuelve una elemento atractivo, y en
ese sentido la cita de Richard Avedon con la que abro esta entrada es una
reflexión valida al respecto.
Pero cuando un espacio real se repite en
varias fotos no falta el que cree que el editorial esta des-estructurado, o
cuando uno manifiesta la intención de realizar un editorial en dos espacios,
que no necesariamente tengan un hilo conductor, te manifiestan que eso no se
puede hacer. Como si la única opción de uso de un espacio en una producción fotográfica
y en un editorial específicamente, significara pasear por toda la locación
buscando ángulos diferentes.
Pues bien, traigo dos editoriales (ver
abajo[1])
para demostrar que, lo anterior es posible, y para más contundencia los dos en
la misma Vogue, la española del mes de marzo de este año. Miren como no solo se
repite la solución de estudio sino también el otro espacio que comparte la
historia, como en LA MASAI BLANCA el color se le asigna a uno de los espacios y
el blanco y negro al otro, lo que tampoco es obligatorio ya que
observamos que en el otro editorial no sucede, así mismo el espacio de la
ventana es repetitivo, y no esta para nada mal.
Y toca agregar: como Vogue ya lo publica,
desde ahora dicha solución es legitima.
Sea el momento de recordar que la
fotografía de moda tiene como una de sus fuentes de inspiración el arte y el
arte actual habla de la repetición, repite sus formas sin cansancio, o hasta el
hastío; usted decide.
[1] Publico aquí los dos
editoriales en cuestión, distribuidos de igual forma que en la revista, asunto
que también es importante.
LA MASAI BLANCA (THE WHITE MASAI)
Photographer: Cuneyt Akeroglu
Stylist: Belén Antolín
Hair: Angelo Seminara
Make-up: Lisa Aldridge
Model: Arizona Muse
MÍNIMA EXPRESIÓN (MINIMUM EXPRESSION)
Photographer: Miguel Reveriego
Stylist: Belén Antolín
Hair: Tamara MacNaughton
Make-up: Serge Hodonou
Model: Jessica Miller
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