“En post confio”
Veía la semana pasada la portada de la Revista Cromos, “Natalia París se revela contra la esclavitud de la imagen no quiere más photoshop y defiende la casusa de volver a la belleza natural” (ver enlace http://www.cromos.com.co/personajes/actualidad/articulo-141857-natalia-paris-se-rebela-contra-el-photoshop)
Para mi la axila de esa portada tiene photoshop. No sé quién redacto el titular, si fueron palabras de ella o de la revista para vender más. De eso he de escribir en estos días: en nuestro desconocimiento de la imagen cada vez es más frecuente encontrar imágenes que no ilustran lo que se está diciendo y creo esto es un ejemplo. Toco leer un poco más para entender que se referían a una campaña que realizo si o casi sin photoshop; el texto del artículo resulta ambiguo, si es un rechazo total o solo a su exceso. Pero el tema no es Natalia Paris. Fue la portada la que me hizo pensar en este tema, Hace días me llegaba el comentario jocoso de alguien que estaba cansado de los clientes que todo era “en post confió”
El retoque y el montaje son casi tan
viejos como la fotografía: encontramos
indicaciones de montajes en las revistas de fotografía[i] de 1850 donde la capacidad de las
películas de la época hacían imposible una correcta exposición paisajes y del
cielo de manera simultánea. Entonces se recomendaba un montaje en el
laboratorio a partir de dos negativos cada uno correctamente expuesto para una
parte del paisaje, donde también se oían críticas a paisajes marinos cargados
de nubes donde no había ningún reflejo de ellas en el agua. O el magistral
montaje de Oscar-Gustave-Rejlander “los dos caminos de la vida” 1857 (32
imágenes en unas 6 semanas) Con los retoques sucede lo mismo: desde tempranas
épocas se retocaban las placas con lápiz de grafito y también se coloreaban las
imágenes. Recursos todos que podemos encontrar en el photoshop actual.
Oscar-Gustave-Rejlander “Los dos caminos de la vida” 1857 |
Por lo anterior, el retoque y el montaje
hacen parte de la historia de la fotografía. Lo que ha logrado el photoshop es
llevarlo a más gente y realizarlos de manera más rápida. Lo ha democratizado,
porque en el pasado para hacer un retoque o un montaje se debía ser un
especialista. Los errores no solo costaban tiempo sino también recursos y en
muchos casos un original invaluable que no podía ser restituido.
Pero esa democratización, la incultura de
algunos clientes donde aún lo más disparatado es posible, y que siempre hay
alguien dispuesto a llevarlo adelante; han hecho de esa herramienta uno
de los principales focos de discordia del sector, al punto de que hay dos legiones:
los fanáticos del photoshop, sus detractores y en el centro los que
deciden no usarlo de manera exagerada. Aunque creo la mayoría de los
detractores lo hacen a escondidas al igual que muchos pintores de
mediados del siglo XIX que usaban la fotografía mientras denigraban en público
de ella.
Es el momento de anotar posiciones para
que se pueda entender la postura del que esto escribe. Yo creo en la imagen
construida y el photoshop es un recurso, que permite corregir algunas
imperfecciones de la imagen: Granitos y pequeños danos de la piel por ejemplo.
Modificar el color ese para mi es fundamental sea en photoshop o Lightroom, y
ocasionalmente borrar cables y trípodes que quedan colados en la imagen.
Recurro muy esporádicamente al montaje; no llevo ni traigo cosas.
Aunque entiendo el otro extremo. Hace días
vi una foto nacional de dos modelos al lado de un león, para eso se necesita
photoshop comente al personaje que me acompañaba. El photoshop permite crear
irrealidades, espacios que solo son posibles en la imaginación. Al extremo de
este tenemos la escenificación las fotos en algunos casos donde la fotografía
da fe de la construcción de una realidad alterna y ese es su principal valor,
para que me entiendan den una mirada al trabajo de Tim Walker. En Walker el
photoshop, si lo hay, no es protagonista; lo es la construcción del espacio y
la fotografia. Son estas dos posibilidades con todos sus puntos intermedios a
lo que nos enfrentamos cuando decidimos realizar una imagen.
Pero queda un asunto al borde de esto y es
que a veces parece que solo hay un acabado posible en photoshop. Imágenes
híper-contrastadas localmente, con pieles de porcelana, con luces y sombras
añadidas. Casi que una estética de agencia de publicidad en la cual los
anuncios terminan pareciéndose unos a otros; donde hay photoshop no solamente
para construir la ficción que será acompañada por el texto sino para dar
este acabado unificador que sugiere la habilidad de quienes lo realizan,
la fórmula del tutorial, pero también evidencia su falta de ideas acerca
de las posibilidades estéticas de la imagen.
Porque el photoshop requiere habilidad,
pero se requiere sensibilidad para dar el mayor provecho a la herramienta.
[i] Scharf, Aaron. arte y fotografía. Alianza editorial Madrid 1994. P.120
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