“Es insensatez pura hacer la misma cosa del mismo modo y esperar un resultado diferente”
– Roger Milliken –
PRIMER ACTO
Charlaba en estos días con un colega, un excelente fotógrafo de matrimonios a mi criterio, Gabriel Velez, acerca de los clientes en los diferentes tipos de trabajo y trajo a colación un comentario que más o menos podemos resumir así: mis clientes no me regatean el valor trabajo… están satisfechos con la calidad de este…me contratan y me dicen “Gabriel te hacemos caso ya que tu sabes de eso”… pero además no van a ganar dinero con mis fotos.
Que vaina, los que necesitan nuestras fotos para comercializar sus productos o servicios, y que a la larga producirán dinero con ellas no las valoran tanto como una novia que las vera unas cuantas veces pero sabe que lo que está contratando es un recuerdo invaluable. (no necesariamente eterno ya que un matrimonio hoy en día puede tener la misma duración que una campaña publicitaria. Aunque esto último ella no lo sabe con certeza.)
Pero verdaderamente donde está la diferencia, que hace que los clientes comerciales casi siempre nos reciban con el “cuanto y porque tan caro” y lo rematen con el “hágale baratico y trabajaremos bastante.” (Eso ultimo nunca se le oye a la novia, hágale barato para que fotografié todos mis matrimonios”)
Sera que compran fotos por obligación?, Entienden la imagen como una necesidad que hay que cubrir, y no la valoran realmente como herramienta de comunicación, sino como requisito para poder hacer publicidad y/o mercadeo.
¡Tienen que hacer o tener imágenes pero no saben qué hacer con ellas!
SEGUNDO ACTO
En estos días cotice un trabajo, una gran cantidad de imágenes de productos, así las llamaremos, era un lote grande de productos que se necesitaban mostrar de la mejor manera posible, y no necesariamente como un catálogo de estos, en esta categoría de productos la imagen lo es todo, mientras mejor registren en la imagen mejor se venden, era esta una gran cotización con muchos días de trabajo. ¿Qué paso? no me gane la cotización, en realidad nadie se la gano, un “colega” regalo su trabajo para adquirir experiencia. Por si no entendieron las líneas anteriores re-expreso la idea: para adquirir experiencia un fotógrafo regalo varios días de trabajo, donde hace casi la misma foto de diferentes productos todos los días, donde dira que son sus fotos y mostrara su trabajo. Sin embargo este trabajo no le dio dinero, no le dio la variedad que da un portafolio y era un cliente que necesitaba las fotos y podía pagar por ellas.
Surgen entonces varias dudas acerca de la comercialización y divulgación de nuestro trabajo
¿Hasta dónde podemos regalar el trabajo para adquirir experiencia?
¿Dónde están los límites de las llamadas degustaciones creativas?
¿Es válido regalarle un trabajo a un cliente que necesita las imágenes y puede pagarlas?
¿Ayuda eso a nuestro sector tan aporreado por la subvaloración de nuestro trabajo por clientes que creen que es solo disparar una cámara y capturar una imagen a través de nuestro objetivo?
¿Sera que regalar el trabajo es falta de experiencia?
Esto me recuerda la razón por la que no contrataron a un amigo la semana pasada, “estás sobre‑perfilado” le indicaron y ni siquiera le hicieron la propuesta para ver si se pueden llevar un tipo sobre‑perfilado a un buen precio. Parece que es mejor buscar el perfil justo o tal vez se buscan sub-perfilados para pagarles cualquier cosa y pregunto:
¿Lo que se le paga a un sub perfilado se recupera?
TERCER ACTO
Un cliente que necesitaba una gran cantidad de fotos
Y por ellas no estaba dispuesto a pagar.
Tenía unos productos de mostrar
Muy vistosos y bellos todos ellos.
Encontró un fotógrafo que las imágenes le podría regalar.
A este le podría interesar
para tener imágenes que mostrar
y a su portafolio agregar.
Mientras tanto sus competidores
con fotos de los mejores
Sus productos exhibían.
Y a ambos el mercado conocía.
Nuestro cliente lucha por impresionar
y el mercado arrebatar,
y para eso fotos nuevas va a tomar.
las fotos regaladas le van a ayudar?
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Y en una cultura como la nuestra donde la constante es la copia, ¿se puede educar el gusto?
ResponderEliminares como dejar de regalar, no sé de dónde salió que las degustaciones son para todos los trabajos cuando la comida debería ser la única involucrada.
Excelente entrada, quedé con antojo de más actos.