“Muchos me dicen que cuando ven una foto mía, antes de mirar el
nombre ya saben que yo la hice. Pero yo no puedo percibir eso. Sí hay un
lenguaje que hace que esa foto sea mía, un lenguaje que entiende la persona que
la mira. Pero no es algo que yo busque.”
— RUVEN AFANADOR —
Durante
muchos años, las marcas y los diseñadores han recurrido a los fotógrafos mas
renombrados para la realización de sus campañas. Acción que generalmente genera
una atención especial de los medios al producto de dicha colaboración. Un publicity, que sirve no solo a los
intereses del fotógrafo sino también de la marca.
Ejemplos
de esas colaboraciones hay por cientos: solo para ilustrar tenemos los de
Richard Avedon para el diseñador Gianni Versace, Helmut Newton para Alberta
Ferreti. También casos como Guess y Ellen Von Unwert donde todos con menos fama
lograron aumentar su reconocimiento. Para terminar con colaboraciones mas
actuales como las de Terry Richardson para Tom Ford o Juerguen Teller para Celine.
Todas ellas parte integral de la obra de los fotógrafos que la realizan ya que
los elementos estéticos a los que recurren para la realización de sus imágenes
están presentes en el resto de su obra, pero también parte importante del
recorrido de las marcas o diseñadores para los que fueron realizados.
Veo
hace ya un par de meses los resultados del trabajo de Ruvén Afanador para Lafayette,
sin duda dos nombres pesados de nuestra[i] industria de la moda, y de
el cual compartí con alegría el backstage cuando lo puede ver en las redes
sociales. El trabajo es el calendario 2013 (link) y me pregunto porque si vi el
backstage no vi el resultado antes?
Luego
de verlo y revisar el material para esta entrada confirmo la siguiente opinión
sobre esa colaboración que quiero hoy compartir con ustedes: este trabajo, aun
siendo realizado por Rubén Afanador no hace parte de su obra.
Inicialmente
los invito a revisar la pagina de Rubén Afanador, (link) allí vemos un fotógrafo que en lo
que se puede apreciar por lo que selecciona como representativo de su trabajo
de moda, lo podríamos ubicar como un fotógrafo de corte clásico, que realiza
imágenes de tono onírico que se desarrollan en espacios construidos o
modificados para tal fin, contando además con recursos de posproducción que
acaban de recrear la ficción de los espacios propuestos.
Y
si miran sus retratos con detenimiento, entenderán por que lo llamo clásico y
seguramente encontraran algunos elementos que rememoran el trabajo de Irving
Penn, incluida la atención al espacio, y en muchos casos, los fondos con
textura de la misma manera que lo hacia el maestro. Han visto la foto de los
niños de cusco de Penn? miren los espacios de Afanador, en algunos casos se
sienten como reconstrucciones de este estudio peruano. Y cuando trabaja en
exteriores no dejo de pensar en el trabajo de Peter Lindbergh.
Hechas
las anteriores comparaciones y retomando el trabajo de Lafallete, noto que no
se parece a nada en particular, tiene el estilo de Afanador sin duda, pero el
nivel de retoque en la creación del espacio para un fotógrafo donde su espacio
se reconstruye permanentemente, me parece excesivo, no hay nada similar en lo
que el selecciona como su trabajo. Tengo entendido que los retoques fueron
hechos por el personal de Afanador, sin embargo no tengo mas detalles para
saber si fue que fallo la escenografía y fue solución de ultimo minuto o el trabajo
se planteo de dicha manera.
Pero
en todo caso me parece triste que ese trabajo no tenga mas elementos de Afanador,
esta colaboración creo se queda corta en los resultados que él puede ofrecer, y
en este caso evito hacer conjeturas de que pudo haber pasado. Solo les comparto
para que hagan su propia reflexión acerca de lo que implica traer un gran fotógrafo
con un estilo definido para realizar un proyecto y que la visión de este se
pueda o no concretar.
Se
les deja para que realicen su juicio.
Porque para mi, parece entonces, que
querían el nombre del fotógrafo, no su obra.
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