“... todas esas
fotos. Yo las veía y decía: “Quiero hacer eso”. Es algo que parece fácil, pero
el acto de conseguir esas imágenes, de llevar a un personaje a esa
desenvoltura, es casi milagroso.”
Ruven Afanador
Vino
Ruven Afanador, o mejor dicho fue traído, para realizar 50 retratos en la
inauguración de un evento de moda en la capital.
Mientras
escribo esta entrada, Afanador realiza los 50 retratos, y luego de unos tuits,
prometo escribir sobre lo que allí sucede.
No
hablare de Afanador o su estilo, hablare de los contrastes de lo que es nuestro
trabajo y de la manera en que lo ven. Su reputación de gran fotógrafo lo ubica
en el nivel de artista, nivel que han tenido muchos fotógrafos que antes que él
han logrado tal reconocimiento en base a su trabajo para la industria editorial
de moda, tradición que se remonta hasta el primer fotógrafo artista que fue
contratado para Vogue por Conde Nast: El Barón Adolf de Meyer.
Esa
categoría de artista no es solo un título, es una definición de un estilo de
trabajo. A los artistas hay que darles las condiciones para crear. Y por lo que
entiendo Afanador es un tipo, no solo tímido, sino pausado, reflexivo, que
llega más que a una sesión de 50 retratos a una foto-maratón.
Creo
necesario decirlo: ahí estamos pintados. Creemos que se pueden hacer tantas
fotos como elementos puedan pasar frente a una cámara en un lapso de tiempo
determinado. La idea de los 50 personajes en una banda trasportadora pasando
frente al lente del gran fotógrafo viene a mi mente. Se nos olvida no solo el
estatus de creador sino también que las condiciones laborales aquí y allá son
muy distintas así las fotos muchas veces sean muy parecidas.
Matemáticamente
estamos hablando de 5 horas de trabajo ininterrumpido para evacuar 10
retratados por hora, eso lo hacemos los fotógrafos del montón, pero no creo
sean los tiempos de un creador como Afanador.
No
sé cómo terminara esta historia, seguramente realizara una gran cantidad de
retratos, donde la mayoría serán divulgados y elogiados como el gran
acontecimiento que se dijo que era. La cámara del emperador vestirá y
engalanara esa larga lista de lo que alguien llamo: nuestros iconos de moda.
Los
iconos de moda de una industria que aún no entiende que es lo que diferencia a
un creador de imágenes de un fotomatón* y que verán todas las fotos como un
acontecimientos espectacular.
Yo
esperare a ver que llega a la página web del artista y desde allí descubriré que
fue lo que el realmente decidió rescatar como el producto artístico de esta
noche.
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Fotomaton es el nombre de la cabina fotográfica en la que uno se encierra y
ella automáticamente te realiza unas cuantas imágenes.