"Llegamos, pues, a la conclusión
paradójica de que el desciframiento de las fotos es cada vez más difícil cuanta
más gente acostumbra a tomarlas: todo el mundo cree inútil descifrar fotos, ya
que todo el mundo cree que sabe cómo se toman fotos y qué significan"
— FLUSSER —
Muchas cosas han pasado desde la última
entrada: plagios de ilustraciones, columnas con demasiadas citas sin comillas
que cuestionan sobre lo que es original y dónde comienza el plagio. Así mismo
el tema central de la última entrada sigue dando vueltas en mi cabeza. Pero he
logrado resumir casi todo en un asunto: edición.
Que sepamos ver fotografías, o imágenes
en una concepción más amplia, no necesariamente indica que entendamos lo que
estamos viendo, que podamos ver una colección lo mismo. La moda y la fotografía
son un asunto lleno de facetas. Egos y facetas para ser más exacto.
Estamos llenos de sabiondos en este
mundo de la moda. Criticamos y editamos el trabajo de otros a veces con una
vaguedad de criterios que asusta, apoyados simplemente en un me gusta o no me
gusta. Síntoma de que desautorizamos con facilidad el saber de los otros aún
sin comprender la complejidad de lo que puede contener. Los académicos
desautorizan el ojo entrenado que detecta y es capaz de referenciar detalles
visuales en una colección que ante ellos pueden pasar desapercibidos, asuntos
de la superficialidad dirán algunos y en el sentido contrario a los académicos
de moda seguramente los desautorizan por su manera de vestir o por no ser tan
fashionistas. Perdón por la generalización.
Así mismo vemos y nos enteramos de
fricciones entre los diferentes actores de los medios generados por la
diferencia de contenidos que estos presentan. Como si hubiera un contenido
correcto, a veces sin entender que el público de la moda no es siempre el mismo
público y que los contenidos y profundidad de los mismos puede variar en
función de ese. En otras palabras más claras: egobloguer, bloguer, comentaristas,
periodistas, analistas y académicos etc. Tienen diferentes públicos a los que
sirven con sus contenidos. La joven que ve e imita a su egobloguer favorita hoy
puede ser la lectora de blogs y ensayos sobre la moda el día de mañana, todo
necesita un comienzo.
Creo lo anterior se puede ver como un
asunto de edición de contenidos, se edita el contenido para que este acorde a
los públicos que atendemos. Por lo demás casi todos los enunciados arriba desde
el egobloguer hasta el académico hacen un trabajo de edición.
El asunto es como lo hacemos y que
seriedad le ponemos a la tarea. No podemos llamarlos editores a todos, es un
trabajo especializado como otros del sector. Que seleccionar o editar parezca
fácil, no significa qué el que lo hace entienda lo que esta seleccionando.
¿Que tan hábil era el ojo editor de la
autora y los editores del libro retirado por plagio de las ilustraciones? A
veces creo que la niña Gabriela es la del cuento del traje del emperador, con
su travesura gritó “ojo están desnudos” tendríamos que ver que portafolio
presento para concluir eso. Pero en realidad no creo que hayan visto su
trabajo, al menos en profundidad, sus credenciales personales por lo que se ha
escrito eran demasiado buenas. ¿Cuáles son entonces los criterios para escoger
colaboradores en una de las piezas máximas de la industria editorial?, un
libro. ¿Una simple recomendación es suficiente?
Caso similar pasa cada que encontramos
publicadas imágenes que detectamos son reconstrucciones o reproducciones de
imágenes de otros fotógrafos y medios, lo que tan acertadamente denominaron
“fotocopias colombianas”, dónde está el trabajo de los editores. ¿Cómo
funcionan los criterios editoriales en ese caso?
En lo académico también tenemos
problemas de edición, en el ámbito universitario cada vez hay más presión por
mostrar. Mostrar los productos de un curso. ¿A que público? A veces creo no lo
tenemos claro. Hay trabajos que no deben salir de un salón, otros de una
facultad y por ultimo de la universidad. Obviamente mostramos para enseñar a
partir de lo que se expone. En lo académico mostrar los errores puede ser muy
ilustrativo, sin embargo estos resultados no deberían salir del salón, aquellos
logros interesantes, no necesariamente completos, que marcan caminos para la
comunidad académica no deberían salir de una facultad y como universidad sólo
se debería compartir hacia afuera aquello que tenga unos criterios de
excelencia claramente definidos.
Tienen las universidades criterios
claros de ¿qué se muestra?, ¿Por qué?, ¿quién lo edita? y ¿a quién se orientan
los diferentes contenidos que se producen?
Lo anterior sin mencionar la presión por
no sólo mostrar, sino mostrar mucho, como si colecciones más grandes por
ejemplo mostraran más, o editoriales con muchas fotos fueran mejores, y para
aclarar me refiero al caso cuando se detectan fotos que no dicen nada nuevo, es
la misma prenda con pequeñas variaciones, no nos enseñaron los maestros que se
trabajaba para lograr una gran imagen y que el resto quedaba en el proceso. Si se
agrega una imagen es porque esta tiene algo más que contar, no por contar lo
mismo desde otro ángulo. Pero estos tiempos de la reproductividad digital y la
constante generación de contenidos cada vez se hace más difícil que esta
lección llegue a los alumnos: quieren mucho, la calidad no importa. Un problema
de edición.
Y aquí me edito yo. Declaro suficiente
ilustración. No por agregar más ejemplos quedara mejor.
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