The Constructed Moment

This blog discusses the way in which we design, make, select, evaluate and publish fashion and advertisement photographies as a sub-genre. This is a place of reflection. We have no unveiled truths, yet we are seeking answers.


martes, 14 de febrero de 2012

Yo no tengo un sombrero de mago. Tampoco una baraja




"Algunos hombres ven las cosas como son y se preguntan porque.
Otros sueñan cosas que nunca fueron y se preguntan porque no."
— George Bernard Shaw —



"La atmósfera mágica es el ambiente de magia, sorpresa y misterio que el mago consigue cuando ejecuta sus efectos"
— Arturo De Ascanio —





Hablábamos en esos días de magos, no de David Copperfield, ni de Criss Angel, sino de Juan Tamariz el español, Juan con pocas cosas un naipe y un sombrero hacia sus trucos, y remataba con un ajaaaa o cualquier grito para que prestáramos atención a que el truco había ocurrido, en definitiva una muy entretenida mezcla de su profesionalismo con su apariencia de mago que nada tenía que hacer.

Nosotros los fotógrafos hablamos de trucos casi de la misma manera que los magos, alguna vez tuve un libro de 100 trucos para mejorar mi fotografía, casi toda elaboración técnica nos es presentada más fácilmente de esta manera, como soluciones rápidas que damos a la imagen para que todo funcione. Aunque personalmente me parece que el truco como solución única mata la creatividad, Así por ejemplo es más fácil ensenar la ley de tercios que hablar del equilibrio de la imagen y cómo manejarlo.

Pero el tema de hoy no son los trucos, es los truqueros, o mejor dicho nosotros los fotógrafos y la manera en que a veces parece nos ven en nuestro trabajo. Siendo laxos con el término: nosotros los fotógrafos comerciales somos ilusionistas. Creamos una ilusión con lo que se nos presenta al frente de la cámara. Presentamos al modelo de acuerdo a las circunstancias y lo dirigimos para que transmita una idea en la foto, dimensionamos los espacios para que se vean de acuerdo a las necesidades de la imagen. Además contamos con colaboradores, no bellas asistentes como en los mejores show de magia, que facilitan la imagen produciendo organizando y vistiendo a los modelos. Sin el trabajo de estos últimos y la preparación previa a cada imagen, ese acto de ilusión es imposible. 

Como en los mejores espectáculos, la ilusión no es posible sin preparación: para desaparecer un avión primero hay que conseguirlo.

Para poder trasmitir una idea en una imagen, debemos reforzar esa idea con elementos de producción que nos hablen de ella, no todo en la imagen son trucos de cámara, ángulos de toma y filtros en el objetivo. Es necesario construir la imagen, materializar ya sea en la vida real o con programas de edición aquello que queremos ver. El espectáculo debe ser producido para poder ser presentado.

Las personas para las que trabajamos deben entender que somos como los magos, el conejo está en el sombrero y no sale de la nada, podemos hacer que se vea bien, pero debe estar ahí.





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