The Constructed Moment

This blog discusses the way in which we design, make, select, evaluate and publish fashion and advertisement photographies as a sub-genre. This is a place of reflection. We have no unveiled truths, yet we are seeking answers.


lunes, 26 de marzo de 2012

Derechos de autor, redes sociales y créditos





“Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”
(Mt. 22, 21)



Hace ya varios meses vi en Facebook la nota de un fotógrafo nacional al que un grupo musical Londinense le estaba utilizando las fotos, y cuán pequeño es el mundo, resulta que conozco personalmente a uno de los involucrados: y no es el grupo Londinense. En una de mis clases resultamos hablando del tema, y uno de mis alumnos resulto ser el autor de las fotos que estaban publicadas en flickr. Y que aparecieron utilizadas por un tercero.

Mi asesora en asuntos de propiedad intelectual (link) está regresando al país luego de una especialización en el tema, y pudimos hablar sobre este caso. La conclusión a la que llegamos es que al subir imágenes a muchos de estos sitios se está autorizando a los propietarios de las plataformas a divulgar y comercializar estas imágenes. No podemos perder de vista que al autorizar dicha divulgación estamos cediendo directa o indirectamente cualquier derecho económico que tengamos sobre la fotografía y, en algunos casos y aunque no sea propiamente legal, renunciamos a ser reconocidos como autores sin siquiera saberlo.

De eso se oyen rumores cada tanto, y a veces los tomamos al mismo nivel del que Bill Gates regala su fortuna o Hotmail te enviará una cantidad de dinero por cada contacto al que le reenvíes el correo. No obstante, para el caso que hemos propuesto resulta que sí es necesario leer la letra pequeña que figura siempre (o debe figurar) en las distintas plataformas digitales que ofrecen, entre otros, la posibilidad de cargar nuestras creaciones en internet. Esta letra pequeña que pocas veces leemos es la que especifica los términos y condiciones de uso de la plataforma y, una vez hacemos click en aceptar -la mayoría de las veces sin leer- consentimos en la divulgación y comercialización de nuestras imágenes.

Tratándose además de fotografías, y consientes de estos tiempos de alta definición, es recomendable subir siempre imágenes pequeñas. Preferiblemente con la menor resolución que funcione y con los respectivos textos de Copyright. Si bien queremos mostrar nuestro trabajo, no queremos dejarlo de papaya para que otros lo utilicen sin nuestra autorización consiente, y posiblemente reciban además una remuneración económica que en otras condiciones no estarían percibiendo.

En realidad internet es una excelente herramienta de divulgación y no tiene sentido realizar nuestro trabajo para dejarlo guardado en un cajón o en un CD en nuestra casa, hablando en términos digitales. Pero en nuestro afán de divulgar nuestras creaciones no podemos ignorar lo que sucede cuando utilizamos las plataformas que terceras personas han creado para el almacenamiento de imágenes y otros productos en internet, y que además almacenan esta información en servidores de un tercero. Porque una cosa es aceptar que internet no tiene dueño y es libre para todos, pero otra cosa diferente es determinar la propiedad de los servidores y discos duros en donde se graba la información. Por esto, cuando abrimos una cuenta en Facebook, en flickr, o cualquier otra red similar, estamos aceptando las condiciones de uso propuestas por sus creadores, mayoritariamente provechosas para ellos y desventajosas para los usuarios, tales como la renuncia sobre el material que subimos. No necesariamente con mala fe por parte de estos sitios, en algunos casos son políticas de protección a posibles demandas de los usuarios o terceros por el uso indebido o hasta legítimo de las imágenes.

Somos generadores de información, y la sociedad de la información es el negocio del futuro. Por esto, son muchos los dedicados a recopilar, divulgar información y comprar catálogos de artistas en todos los géneros.

En nuestro caso en particular, aunque creo, es poco lo que se puede hacer en casos como el que inicia esta entrada Seguimos en el tercer mundo y ellos en el mundo desarrollado, debemos tomar cada día mayor conciencia de este asunto, para evitar el saqueo de los fuertes a favor de los débiles. Y lo que es peor, con nuestra colaboración.

Termino esta entrada con otro asunto relacionado al que me había referido anteriormente. Es muy común ver nuestro trabajo y el de los demás involucrados en redes sociales sin los respectivos créditos, únicamente figuran principalmente el interesado ya sea: el fotógrafo, el diseñador, la modelo o su agencia. Sin embargo, en una imagen hay muchos derechos conexos y es un principio de profesionalización y de reconocimiento destacar también la participación de los equipos de trabajo en la creación de las imágenes, especificando con ellas la mayor cantidad de créditos posibles. 

No podemos seguir ignorando el trabajo de los demás en nuestro beneficio.

0 comentarios :

Publicar un comentario