The Constructed Moment

This blog discusses the way in which we design, make, select, evaluate and publish fashion and advertisement photographies as a sub-genre. This is a place of reflection. We have no unveiled truths, yet we are seeking answers.


Mostrando entradas con la etiqueta Soho. Mostrar todas las entradas
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martes, 26 de febrero de 2013

Otra más de SoHo




“La fotografía, como sabemos, no es algo verdadero. Es una ilusión de la realidad con la cual creamos nuestro propio mundo privado.”
— ARNOLD NEWMAN —


"La fotografía es un descubrimiento maravilloso, una ciencia que ocupa las mentes más sagaces, un arte que agudiza los espíritus más sagaces, y cuya aplicación está al alcance del último de los imbéciles (…) Este sobrenatural invento es ejercitado cada día, en cada casa, por todos los que la llegan a conocer(…) La teoría fotográfica se aprende en una hora, las nociones elementales prácticas en una jornada…, pero yo os voy a decir que es lo que no se aprende: el sentimiento de la luz, la apreciación artística de los efectos producidos por los días diversos y cambiantes, la aplicación de tal o cual efecto según la naturaleza de la fisionomía que el artista debe reproducir. Y lo que es más difícil de captar aún, la inteligencia moral del tema, ese tacto rápido que nos pone de inmediato en común con el modelo; hacerle moverse y dirigirse según sus hábitos, sus ideas, sus caracteres, hasta otorgarle -y no superficialmente- una sencilla reproducción plástica visible incluso para el ultimo sirviente de laboratorio, con el parecido más familiar, más favorable y más íntimo. Este es el lado sicológico de la fotografía, y no me parece demasiado atrevida la palabra.”
— NADAR — 



Cuando las revistas líderes en su segmento, cometen lo que a mi juicio se pueden llamar errores creo es necesario invitar a la reflexión sobre ellos. Repito nuevamente: lo que se publica se legitima y esa es la responsabilidad que cae sobre los editores, terminan siendo no solo editores de su publicación en particular sino también de la parte que les corresponde del público en general en el cual influyen.

Toca entonces reflexionar sobre lo que hacemos para las diferentes publicaciones ya sea como imagen publicitaria, fotografía con modelos o ejercicio editorial. Respecto a los cuales creo que aún nos falta. Todos hemos cometido errores y algunos de ellos de cara al mundo cuando son publicados. Es claro que nadie nació aprendido y lo podemos apreciar en los fotógrafos a media que revisamos su evolución en base a sus respectivas publicaciones en los medios para los que trabajan.

He de reconocer que no tengo una educación formal al respecto del ejercicio editorial, pero luego de más de 20 años de ser un asiduo consumidor de publicaciones como W, Elle, Max, Vogue y Photo Francia principalmente, creo tengo un ojo educado a partir de las mejores publicaciones de sus respectivos segmentos. Adicionalmente a lo que se ha investigado sobre el tema el cual ha sido una de mis pasiones.

Las fotos a las que debemos la entrada el día de hoy son las de Alejandra Quintero en la SoHo de febrero. Específicamente las de Marcela Carvajal, que posa también para Hernan Puentes. Para mí con una gran diferencia entre los dos fotógrafos, no tanto desde la conceptualización de la imagen, sino principalmente desde el resultado final de esta.

No son las fotos que realiza Alejandra mal producidas en términos generales: (a excepción del peinado) el espacio por ejemplo me parece más interesante que el usado por Hernan Puentes. Aunque al final las dos fotos contra la ventana me sacan de la historia “sado” que pensaron contar y nunca concretaron. Dicho lo anterior de esas fotos no me gusta el manejo de la modelo y me hubiera gustado que tuvieran historia. Sobre el manejo de la modelo: en mi opinión y la de algunos consultados antes de escribir esta entrada, estas fotos son desafortunadas para Marcela principalmente por la forma en que se ve su cuerpo y creo como consecuencia directa del manejo de las poses de la sesión. Creo yo una mujer que se desnuda para una publicación de estas lo hace como un acto de vanidad, de reafirmar lo que es. Así sea el reafirmarse diferente. Y aunque en este caso hay un texto de Marcela al inicio de las dos sesiones de fotos del cual cito:
“Lo primero que se me viene a la cabeza es que, curiosamente,  ahora con más años encima me siento más segura; y lo segundo es que antes sentía que tenía que competir con viejas mil veces más buenas que yo, con cuerpos perfectos mientras que el mío no lo era: todavía no lo es y además espero que no lo sea.”  
Y aunque es válido como postura de fotógrafo hacer unas imágenes llenas de realidad no creo esta hubiera sido el caso, porque en el texto Marcela también habla del uso del Photoshop como una herramienta que hace parte de la ficción de las imágenes.

Otro asunto importante es que Marcela no es una modelo, es un una actriz; y esto último le aporta muchos elementos más para contar una historia de Sado como la que, creo, querían contar. Ella tiene muchas más capacidades que cualquier modelo para pasar de una cuantas poses mal realizadas que deslucen su cuerpo. Se podía haber inventado una historia, creando un personaje con ella y de pronto un par de extras que no aparecieran con claridad en la imagen y que permitieran mostrar no solo su cuerpo sino imágenes impactantes y con fuerza y sensualidad para una mujer que es capaz de re-presentarla ante la cámara, para que realmente, y nuevamente, actuara frente a la cámara. ¿No dice ella que al final vio estas fotos como una manera de actuar? 
“Es excitante pensar que ustedes creen que me están viendo más, o creen que me conocen más, simplemente por el hecho de mostrar más piel. Pero esto no pasa de ser un personaje más que estoy interpretando para Soho”

Y es cierto, en la actuación es el campo donde su cuerpo podría haber aportado más a las imágenes su cuerpo más que un objeto de belleza, el cual sin duda lo es y Hernan lo demuestra,  es una herramienta con gran capacidad actoral y es un aspecto que se desperdicia en estas imágenes con las que SoHo hubiera podido contar una gran historia.

Interesante este ejercicio de la revista que nos presenta dos diferentes miradas fotográficas, en las cuales es superior la presentación que nos hace Hernan del cuerpo de Marcela como modelo, y siendo SoHo una publicación de modelos y Alejandra no solo fotógrafa sino también editora fotográfica de la revista, creo queda todo dicho. Dos veces dicho.

Qué pena Alejandra; pero no todo se puede solucionar con un flash de frente.


                                                          û

PD: Dejo un par de imágenes de cada fotógrafo  ya buscaran en linea o en el kiosco el ejemplar de la revista

Hernan Puentes

  

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Alejandra Quintero

  



miércoles, 7 de noviembre de 2012

Son 150







"El espíritu de descubrimiento y la celebración de lo singular y nuevo es lo que hace a una gran editora."
    MARC JACOBS —
Sobre Diana Vreeland




“Mi papel en una revista consiste en concebir la mezcla adecuada de los diferentes temas y estilos de los fotógrafos”
— DONAL SCHNEIDER —
Director artístico de Vogue Francia 1994- 2002






A punto de dejar de circular su edición 150, y ya en línea, no podía dejar de pasar la oportunidad de escribir nuevamente acerca de Soho. Si se preguntan porque la menciono permanentemente en el blog, es básicamente por dos razones: la primera es una de las revistas más vistas en el país donde frecuentemente se habla de la calidad de sus fotografías. La segunda es que creo que al estar en esa posición mucho de lo que en ella se hace termina siendo legitimado. Tanto lo bueno como lo malo, y es eso ultimo lo que a veces me preocupa consiente de la importancia de los medios impresos para el desarrollo de la fotográfica como arte y/o medio comercial.
Aclarado lo anterior lo diré cortamente: me gustó mucho la Soho 150, en su contenido más no en su forma.


Es de destacar y aplaudir que este número promociona la variedad en la estética femenina, belleza cotidiana lo llaman ellos, y de alguna manera mitiga el constante bombardeo de cuerpos perfectos,  aunque creo se puede decir, el mismo cuerpo puesto en diferentes rostros. Aclaro también que eso de cuerpos perfectos  es altamente discutible y es una posición que no lo defenderé.  (Para aclarar mi posición acerca de este punto pueden ver una entrada anterior.)

Íbamos entonces en que la variedad de cuerpos presentados en este número se convierte en un mensaje positivo, no se necesita el llamado cuerpo prototipo para ser bella, como diría el refrán , “ en la variedad está el placer” y este número trata de llenarnos de variedad, al menos en cuanto a modelos se refiere.

Pero la forma fotográfica me deja un sinsabor, parece que los fotógrafos colombianos, o al menos los de Soho, solo son capaces de hacer esta imagen cotidiana de rincón de casa con recursos técnicos pocamente elaborados?  A lo largo de sus 150 números la revista nos había presentado diferentes estéticas, pero estas cada vez se ven menos y parece empieza a predominar esta solución de la imagen. Si la revista habla de variedad ¿porque las diferentes estéticas para la elaboración la imagen no están representadas en este número?  Y aclaro que no tengo nada contra estas imágenes domésticas, lo que discuto aquí es una receta que resulta muy repetitiva, que ofrece muy poca variedad y más si tenemos en cuenta que es un numero demasiado grande.

Desde la portada se ve cómo será el postre diría Chespirito confundiendo un par de refranes, pero no la idea central que quiero expresar. Pongo en colación una serie de fotos de varios fotógrafos para que ustedes juzguen mi punto, me encanta la modelo de portada, odie el acabado chapucero de la imagen. ¿Porque no hacer una foto altamente seductora?  ¿es que ella no lo merecía?, ¿es que era difícil de hacer? ¿Es que no queríamos comunicar que la diversidad puede ser seductora? 



Porque a veces creo que en ese exceso de cotidianidad se está escondiendo una falta de elaboración técnica y conceptual, la cual puede ser util en algunos casos y del gusto de muchos pero no de todos y menos para un número tan extenso. Pareciera que una gran parte de las imágenes fueran de la categoría amateur de cualquier sitio erótico y no de la revista erótica mejor posicionada en este país. Miro por ejemplo la modelo 107 Ana Maria Cano, por cierto imágenes sin crédito, algo se destaca de esas imágenes, son una pausa en el camino, el negro y la luz frontal las hacen algo diferentes. Esa es la sensación de sorpresa, la que creo debió haber tenido todo el número,  no solo una sorpresa en la mujer presentada en cada imagen  sino en la estética fotográfica que se seleccionaba para acompañarla. 

Así hubiéramos tenido una verdadera celebración de la diversidad.



Pd
Les dejo este link para que miren variedad estética para el tema del desnudo.


jueves, 24 de mayo de 2012

De portadas, editoriales, editores y directores



“El papel de un director artístico en una revista consiste en concebir la mezcla adecuada de los diferentes temas y estilos de los fotógrafos”
     DONALD SCHNEIDER —
Director artístico de Vogue Francia de 1994- 2002


"El mayor problema es inventar el presente. El presente se inventa siendo sencillo y claro y no intentando imitar a otro fotógrafo sino tal vez inspirándose en una idea. Los fotógrafos que se ciñen a lo que han hecho sus predecesores hacen imitaciones maravillosas pero no hacen avanzar las cosas. Mientras que los fotógrafos que se embarcan en una nueva idea, en una nueva y obsesiva manera de mirar las cosas son los que realmente desarrollan su talento por completo."
     JOAN JULIET BUCK —
 Editor jefe Vogue Francia de 1994 al 2001.



Cayó en mis manos, la revista SoHo 145, la misma de la semana pasada. El tiempo pasó y avance en sus páginas sin sorpresa, casi que mirándola sin mirarla, porque más allá de unos cuerpos desnudos no hubo nada que capturara mi atención. A excepción de la portada y la repetición del espacio del que escribí la semana pasada. ¡Tan aburridora se vuelve que termina uno notando esas cosas!

¡Qué crisis de portadas la que tenemos actualmente! No sé si ustedes notaran la diferencia en los quioscos cuando miramos nuestras revistas y las extranjeras, en muchos casos siento la distancia. Obviamente hay meses más afortunados que otros, y en esos términos este es desastroso, no solo por la de SoHo, en la cual no provoca ir más allá, esa primera imagen no es seductora, sino también la de su competidor Don Juan, (edición 64) con un gesto y un busto al aire recargados los dos, pero más que en idea en ejecución. En pocas palabras las siento burdas, mal realizadas, sino fuera por lo reconocidos de sus personajes (aclaro que no para mí) parecerían las portadas de cualquier revista erótica de menor categoría. 

Dos charlas me llevan a escribir sobre esto: la primera con un fotógrafo que trabajó para varias revistas en Miami. Nos encontramos casualmente en la librería nacional y terminamos hablando de lo nuestro: la fotografía. Y en algún momento en el marco de la librería llegamos a las revistas y a SoHo. Me compartió su opinión de lo repetitivo de la iluminación en la publicación, la falta de erotismo en las imágenes y a su muy personal manera de ver las cosas la falta de trabajos con luz natural y lo comparamos con una revista que encontramos a mano, la GQ mexicana y el espléndido trabajo de que le hicieron a Sofía Vergara. De esa charla salió una comentario recordando de un editorial que el realizo para la revista Loft, no sé si la recuerdan, sobre la importancia del norte que dieron los directores de esta para la realización de las imágenes.

La otra charla ocurrió el fin de semana, cuando hablando de la portada, terminamos revisando nuevamente el contenido de la revista. En conclusión esa edición convive entre dos acabados no muy lejanos el uno del otro: uno muy natural y el otro de pieles sobreexpuestas y un contraste subido. Y esa convivencia se da hasta en un mismo editorial de Angelica Blandon donde hay unas fotos que podemos definir como estalladas y otras normales como la del doble página de ella en una toma casi cenital en una cama con la luz que entra por una ventana, en mi opinión, de lejos la mejor foto de ese editorial, le coge vuelta y todo a otras.

¿Porque una estética dominante en una revista que no lo necesita? , a mi modo de ver no es necesario que todas las fotos deban tener ese acabado cotidiano, amigo de la fotografía de aficionados, que le da ese toque de amateur tan actual, pero a la vez tan desgastado a los desnudos que presenta. El género de la fotografía de desnudos, o erótica si queremos ser más específicos tiene demasiados matices diferentes a este que habitualmente llena sus páginas: desde los desnudos directos que presentan mujeres de aire imponente de Newton, (Me refiero a Helmut, para que ningún Alberto se confunda) a los románticos de Hamilton. Pasando por los de toque Pictorialista de Roversi llegando a las imágenes modernistas de Herb Ritts. Solo para citar cuatro ejemplos lejos del estilo que podemos llamar doméstico o de amateur que se está haciendo tan frecuente en la revista. 

Lo anterior pone de manifiesto un asunto que hemos dejado de lado, una revista no solo se hace con buenos fotógrafos, lo cual es imprescindible más no único. Es necesario hacer una combinación adecuada de las diferentes estéticas que estos nos ofrecen, no solo debe ser la función de los editores y directores buscar los mejores colaboradores para sus publicaciones. Sino hacer la adecuada combinación de estos de la misma manera que combinan temas, modelos y soluciones gráficas.

Porque si suponemos que las revistas elevan el estado del arte, es porque sus editores y directores se comprometen a conseguir el mejor material dándole la mejor presentación y la adecuada combinación en su publicación.

Pero aquí, lo anterior parece una suposición nada más.



viernes, 30 de marzo de 2012

¡Esa pelea es mía!





“La gente dice que reflexiono mucho sobre las mujeres. Pero a decir verdad, ¿qué otra cosa hay más importante?”
— AUGUSTO RODIN —

“Lo que se ve en una fotografía no es lo que se ve en el momento de hacerla. La fotografía es, en realidad, la habilidad de plasmar una mentira visual.”
— TERENCE DONOVAN —


“No basta tener buen ingenio; lo principal es aplicarlo bien.”
— RENÉ DESCARTES —



No hay acto más masoquista que meterse en una pelea de terceros, es casi seguro que al final unirán fuerzas contra uno, y es probable también, que rediman sus diferencias con uno como unificador. El que se haya metido en una pelea de pareja, por ejemplo, seguramente podrá afirmar lo anterior.



Inicialmente iba a escribir sobre la portada de la revista Fucsia de este mes, una foto reciclada del catálogo de Arkitect con Alessandra Ambrosio. La que me parece un desatino. Las portadas deben tener un toque de exclusividad y no conozco revista seria que recicle una foto para su portada, y si lo han hecho, seguramente no es con la imagen de un catálogo comercial. Siempre está la posibilidad de hacer una sobre portada con esta imagen. Por más Alessandra Ambrosio que aparezca en la foto, esta imagen no es original para la revista. Quedaría discutir qué tanta gente se da cuenta de esto: si la respuesta es muy poca gente, podríamos decir al respecto que el público de Arkitect y el de Fucsia son dos públicos distintos y por lo tanto alguien está en el lugar equivocado, y si la respuesta es mucha gente, entonces, repito: ¡Pierde la revista! Por más Alexandra Ambrosio que sea, la foto es reciclada. Pidan una imagen original para la próxima: que no la publique el Éxito en su catálogo, sino que sea un requerimiento especial para la sesión fotográfica con la modelo una imagen tipo portada para un publicity que necesitan realizar.



Pero es otra portada de la que escribiremos hoy.

Hace meses había escrito acerca de la fotografía de las mujeres de sociedad caleñas por parte de la revista Hola de España. (ver entrada) El tema ya había pasado al olvido, y ahora llegan las fotos de la revista Soho, literalmente me llegan y aunque el tema no me pareció relevante, ya había visto alguna foto en parodia en un parque donde aparecían unas mujeres blancas al servicio de unas mujeres negras, tampoco diré que fue predecible, pero no fue sorpresivo, ni explosivo. Pero hoy revisando en internet encuentro dos artículos en la revista Semana. Una de los académicos del valle llamado "Larespuesta desatinada de SoHo a Hola". ¡Sí! Los mismos que escribían sobre la foto de Hola y a los cuales me refería en mi entrada que mencioné anteriormente y una repuesta de Daniel Samper Ospina, el director de la revista llamada "La acertada respuesta de SoHo a la Revista ¡Hola!"



Y así como SoHo responde a Hola algo que no le preguntaron, yo respondo a los del Valle y la sabana lo que no me han invitado a opinar.

Al igual que en su comentario a la foto de la revista Hola, los académicos arrancan citando al sociólogo Pierre Bourdieu. ¿Por qué sólo lo citan a él? ¿No hay más a quien citar? ¿Fue el único que habló del asunto? ¿Será una voz en el desierto que alcanzó a llegar al Valle del Cauca? Confieso que no he leído a Bourdieu, pero la cita como ellos la usan[i] supone que la revista genera la desigualdad que reproduce. — Lo que no necesariamente es cierto y posiblemente no es la intención del Bourdieu — Su discurso es sobre los medios de comunicación, y tocaría el debate de si SoHo lo es o es simplemente una revista de entretenimiento.

 Y para revisar lo anterior los cito, (perdonen lo extenso de las citas en esta entrada):
“Para los medios de comunicación y, de manera particular, para SoHo, la imagen desnuda de la mujer es un instrumento de las fuerzas del mercado que le posibilita ganar adeptos- y adictos a los desnudos- en la sociedad de consumo, más allá de ser un canal de formación ciudadana. Este medio es un actor más que, con sus propios intereses, dista mucho de cumplir con una función social de formación democrática fundada en un periodismo cívico y crítico, de denuncia o reivindicación.”
Solucionado lo anterior, pasemos a la imagen y su construcción que es lo que nos ocupa.

Dicen los académicos del Valle:
“No aparecen las mujeres negras como señoras de la alta sociedad, tal como sí son mostradas las blancas en la imagen anterior y que originó esta desacertada respuesta de parte de SoHo… elevando al estatus de mercancía el cuerpo femenino… No se destacan las mujeres negras por sus cualidades intelectuales, artísticas, culturales, sociales o por sus habilidades como empresarias, no. Se destacan como símbolo sexual, como simples objetos sexuales.”

Lo primero es totalmente cierto, no parecen mujeres de alta sociedad, se quedaron cortos en la fabricación de la imagen.

Responde Daniel Samper: “No veo en las fotos elementos para llegar a esa conclusión.”

Efectivamente Daniel, no ves los elementos porque no están. 

Faltaron símbolos de estatus, y toda esta discusión es acerca de símbolos, hasta de símbolos sexuales que parece es la forma de los académicos de llamar a cualquier mujer desnuda. El ejercicio de representación de la imagen fue mal realizado, no por ser negras no se ven de alta sociedad. No se ven de alta sociedad porque no fueron presentadas como tal. Si hay un momento de igualdad en los seres humanos es cuando se presentan desnudos, el vestuario y los accesorios son la manera que utilizamos para diferenciar nuestro estatus de los otros, y no soy tan pendejo para decir que una portada de SoHo debe llevar mujeres vestidas, al menos no totalmente, pero algo podrían haber hecho.  Es claro que “el desnudo es uno de los elementos que le otorgan identidad editorial” como claramente lo responde el director de la revista. Tan claro como que es una revista de desnudos y las soluciones editoriales van dentro de ese formato. Podrían revisar algo de Helmut Newton para más ideas, uno de los fotógrafos que dice admirar en su reseña Pablo García el autor de estas imágenes.

No entiendo por que dicen que “elevando al estatus de mercancía el cuerpo femenino” ¿para ese discurso no sería mejor el término reduciendo o degradando?

Además en una época donde hay tanta imagen de desnudo decir que eso las convierte en objetos sexuales o símbolos sexuales me parece una generalización, casi pasada de moda. Es evidente que están desnudas y no podemos apreciar sus cualidades ni sus habilidades, pero un cuerpo desnudo es eso y nada más.  Este significado a la imagen lo agregamos nosotros porque de lo contrario sería pasar de símbolo a signo, o en otras palabras decir que todo desnudo es directamente sexual cuando hay desnudos que pueden no serlo, la connotación de lo erótico está más en la fama de la revista que en la imagen que nos presentan.

Dicen por otro lado los académicos al referirse a las mujeres que actúan como servidumbre en la imagen “pero ahora, con mujeres supuestamente blancas, pero que realmente son mestizas y humildes”

Nuevamente tienen toda la razón. No es el tipo de mujer que debía representar ese papel, debía ser una mujer blanca, no mestiza. ¿No conocerán en la revista dos mujeres altas, blancas y de bella figura para complementar la imagen? Nuevamente caemos en que la imagen está mal construida. El cambio es de blanco por negro, las mestizas deben estar tan ofendidas como las negras se ofendieron con la imagen inicial, se cae en otra forma del prejuicio que se dice responder con la imagen.

Puede que no esté de acuerdo con los académicos del Valle del Cauca acerca de la lectura que hacen de la imagen, pero tienen toda la razón en la apreciación  de las mujeres que en ella aparecen. Respecto a su discurso a partir de la imagen me parece la cargan de significados y la utilizan para hacer una reflexión sobre el racismo y el erotismo que va más allá del alcance de la revista. Asi como no vi el racismo en la imagen original no lo veo en lo que el director de la revista llama “la ingeniosa manera en que reaccionaron.” Nada ingeniosa, ya que fuera de parodiar, o imitar la imagen de la revista Hola, se quedan en lo superficial. “Anda, vamos”, no podíamos darle más contenido temático al editorial, tenemos la portada de Hola y unas mujeres de color desnudas al interior de la revista, pero no hay historia, no hay más metáforas ni parodias, solo desnudos, no hay nada ingenioso, un mal invertir el color de piel de unas modelos y hacer otro editorial sin novedad. ¿Porque no siguieron con la idea y reconstruyeron otras imágenes que hablan de racismo invirtiendo los roles? O con una historia de servicio de las mujeres blancas, unas verdaderas mujeres blancas, a las mujeres negras, si entendían ese como centro del conflicto en la imagen original.

Creo que a las imágenes de Hola y SoHo son más lo que las une que lo que las separa, pecan del mismo error de fondo, y llego a la misma conclusión de mi entrada anterior.

Son imágenes mal construidas.




Pd. Al final salen las interesadas a decir que participaron como protesta y que son unas fotos muy artísticas, como si la falta de vulgaridad en la imagen validara lo artísticas de éstas. El estilo general de las imágenes es más cercano a un catálogo donde se registran cuerpos desnudos, un registro limpio y podríamos decir bien hecho más no necesariamente artístico. Lo vulgar y lo artístico no son excluyentes.








[i] Cito: “En palabras de Pierre Bourdieu, genera representaciones diferenciadas de clase social, de género y de raza para quienes las observan; reproduciendo discursos de los roles y estatus que la sociedad ha trasmitido y que ciertos grupos sociales simbolizan dentro de la estructura de la sociedad, que para nuestro caso evocaría el papel de las mujeres “afrodescendientes”. Mujeres que, por lo general, cumplen roles de servidumbre en casas y haciendas de mujeres poderosas (ricas, afamadas, influyentes y con reconocimiento social) que los medios de comunicación intentan imponernos como un patrón a seguir, sin detenerse a pensar lo que implica alcanzar dicho estatus, en materia de derechos, dominación y violencia cultural. “ del artículo "La respuesta desatinada de SoHo a Hola" Por Elizabeth Gómez Etayo, Hernando Uribe Castro, Germán Ayala Osorio, Guido Germán Hurtado Vera y Carmen Jimena Holguín (Docentes de la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma de Occidente)  


sábado, 10 de diciembre de 2011

No hay fotos inocentes




Son los inocentes y no los sabios los que resuelven las cuestiones difíciles.
— Pío Baroja —


“Dice más de Pedro que de Juan, lo que dice Pedro de Juan”
— Refrán —



La foto que motiva esta entrada no puede ser otra que la de la revista Hola, de la que todos hablan últimamente. La cual considero pertinente a este blog por ser un imagen de uso editorial y evidentemente construida a la manera tradicional de retrato.



Pero mi reflexión va a otro lado, al día de escribir esta entrada, (viernes 9) una de las mujeres que aparece en la foto da una entrevista en la W Radio; ofrece disculpas, manifiesta no haber querido ofender a nadie y que simplemente esta imagen es consecuencia de un momento de vanidad. (Link entrevista)

¡Yo Le creo!

A mi modo de ver lo único que ella hizo fue participar en la realización de una imagen, pero no es ella quien la produce, no es ella quien la realiza, no es ella quien la pública. En realidad debería hablar de ellas, las mujeres que aparecen en la foto, las 6.

Son responsables de esta imagen el fotógrafo, el productor y el medio que la divulga, las demás son actrices en la realización de una imagen construida, las 6. 

Ellas posan bajo la indicación del fotógrafo y el productor — si lo hubo — son ellos los que deberían tener experiencia en la imagen y saber lo que esta comunica. Ellas participaban de una puesta en escena, diferente a la imagen periodística donde puede aparecer un personaje al servicio de otros; similitudes podríamos hacer con las fotos de celebridades, políticos, etc… donde aparecen personal a su servicio: guardaespaldas, secretarias, camareros, cocineros. En una imagen periodística se entenderían como personas en diferentes roles sociales. En esta imagen construida pueden entenderse como una ostentación de clase, adicionalmente los comentarios dentro de la polémica nos dicen que debemos leerla de esa manera; de la misma manera que hay personajes de utilería en una puesta de escena cinematográfica para dar más poder al personaje. Pero no podemos culpar al actor por participar en la puesta en escena. Quien en su sano juicio creería que ellas definieron la imagen. En el centro de la polémica deberían estar el fotógrafo, el productor — si lo hubo — y el medio que publica las imágenes. (Entrevista fotógrafo)

Otro asunto es lo que la imagen comunica: servidumbre, nada ajeno a nuestra cultura y la europea, porque la servidumbre, no se nos olvide es una herencia cultural. Que se da con mayor facilidad a medida que hay mayores diferencias económicas, desigualdad social la llamaran otros. Esta el asunto del racismo que algunos ven en la imagen, y que a mi modo de ver tiene más de orden social y de desigualdades no sólo económicas sino también de composición demográfica en los diferentes departamentos. ¿Son ellas las únicas mujeres con empleadas de color en este país? ¿si las empleadas fueran blancas, en algo cambiaria la imagen?

Aparece en la revista Semana un artículo respecto a la foto por parte de un grupo de académicos de la Universidad Autónoma del Occidente de Cali donde cito un párrafo que me parece importante:

El sociólogo Pierre Bourdieu considera que los medios de comunicación ejercen una forma particularmente perniciosa de violencia simbólica y una de esas formas de reproducción es precisamente la de ocultar mostrando, que “muestra algo distinto de lo que tendría que mostrar si hiciera lo que se supone que se ha de hacer, es decir, informar, y también cuando muestra lo que debe, pero de tal forma que hace que pase inadvertido o que parezca insignificante, o lo elabora de tal modo que toma un sentido que no corresponde en absoluto con la realidad” (1997:24).

Yo no creería que en esa imagen hay violencia simbólica. Es un retrato de una realidad social, con diferentes lecturas desde el orden social y el económico del que mira la imagen. Tienen razón los académicos  cuando afirman anteriormente en su artículo que Todas las formas de violencia se reproducen en estos medios masivos. Ellos dicen que “producen y reproducen” no sabría porque se producen en ellos, más allá de la capacidad de los medios de promocionar conductas, no podría decir que son el origen de estas. Más las comillas del párrafo arriba citado se refieren a la posibilidad de realizar, construir e intervenir la significación de una imagen, desconociendo parece, que la imagen, incluso la periodística no es un registro fiel de la realidad. O tal vez notando que la imagen y los medios de comunicación están sujetos a intereses particulares y no en la búsqueda de un bien común.

Rematan los autores del artículo de semana, con:
 “Sólo nos reta apelar al uso de la palabra para intentar develar los mecanismos de violencia simbólica a los que invocan las empresas mediáticas, en su afán por entretener y generar receptores que fácilmente no sólo legitiman y aceptan estas maneras violentas de reproducir un tipo de sociedad excluyente, violenta, racista, clasista y sexista, sino que terminan anhelando llegar a esos estadios de vida social donde se suele falsear la realidad, ocultar la historia y extender patrones y patronos que nos hunden en la pobreza cultural que emana de la tradición y la cultura dominante.” (Sic)

Nuevamente digo que lo de “los mecanismos de violencia simbólica” suena más a capacidad de comunicación de la imagen acerca de una realidad que algunos pueden ver “excluyente, violenta, racista, clasista y sexista” y que no estoy diciendo, que lo sea o no lo sea. Pero si diría que: cada uno leerá esta imagen de mayor o menor manera de acuerdo a sus vivencias. Algunos, por ejemplo, podrán ver unas imágenes de un par de mujeres del servicio realizando su trabajo. Y para agregar más leña al fuego me recuerda un trabajo artístico de Fred Wilson — Mining the Museum — donde entre otros, se recuperaban imágenes de terratenientes del sur norteamericano, y se centraba la luz de la sala de proyección sobre los esclavos, quienes no eran los protagonistas de la imagen original, seguramente en ese momento histórico, ellos eran decoración. El artista los resalta con el rayo de luz como personaje principal de la imagen. Una inversión del código inicial de la imagen, un cambio de protagonista como resultado de un proceso histórico y la reivindicación de un grupo social.





Lo que me lleva a concluir, que hay demasiado escandalo por esta foto, en su estructura no veo lo tan “excluyente, violenta, racista, clasista y sexista” que muchos dicen ver. Si las empleadas, como en la mayoría de las fotos de poder, no estuvieran en la imagen, ¿podría ser más excluyente? ¿En la nueva cultura de la inclusión no deberíamos aparecer en las imágenes con todos los que nos colaboran como un reconocimiento a ellos? ¿En medio de ese reconocimiento las debieron haber sentado y vestido de igual manera que las influyentes señoras caleñas? ¿No hubiera sido esto último igual de violento?

Violenta, no veo violencia veo un par de mujeres en medio de su trabajo participando en un desafortunado montaje fotográfico, pero por lo demás hasta más altas y de pie en la imagen que las señoras mencionadas, más serias con mayor postura y altivez. La imagen no las violenta, la violencia esta por fuera y nosotros la incluimos en la imagen. Seguramente sin este escándalo sus familias estarían de plácemes porque salieron en una revista española.

Racista y clasista en este contexto parece que en cualquier imagen donde parezcan personajes de color al servicio de gente blanca lo puede ser, lo mismo si aparece alguien trabajando, parece prohibido entonces representarnos en nuestra condición social. Aunque estas imágenes están al servicio de una clase social, ¿son tan excluyentes que los demás no pueden aparecer en ellas? Y lo sexista es aún más difícil de digerir, veo mujer con mujer, no hombre con mujer ni tampoco el sentido contrario, tan absurdo como la frase aquella.

Tal vez vemos en la imagen menos de lo que leemos en el texto de la revista. No veo la mansión ni el Beverly Hills de Cali. Lejos que esta de eso, tan lejos como del Hollywood que también mencionan. Es una típica foto de ostentación de las que hace la revista hola y siendo mal intencionados a falta de lujos acomodaron a dos personas en la imagen para complementarla. Y aunque permite establecer discursos acerca de nuestro presente, no es para crucificar a quienes en ella aparecen, la cruz la arman el fotógrafo, el productor –si existió- y el editor de la revista, los demás fariseos solo tiramos piedras y lanzas.

Lo anterior me lleva al punto que da título a esta entrada, no hay imágenes inocentes, todas comunican algo. Hasta las más vacías, que nos hablan de la falta de ideas de quien las realiza.