The Constructed Moment

This blog discusses the way in which we design, make, select, evaluate and publish fashion and advertisement photographies as a sub-genre. This is a place of reflection. We have no unveiled truths, yet we are seeking answers.


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miércoles, 12 de septiembre de 2012

Ilustrando a Lady Gaga








 “Creo que por lo general la gente le tiene miedo a la moda, debido a que los asusta, los hace sentir inseguros; la rechazan… se sienten excluidos del grupo de la moda.”

— ANNA WINTOUR —



Revisaba la semana pasada varios comentarios acerca de la portada de la edición de septiembre de Vogue USA. Sin duda la edición más esperada del año.



Se habla nuevamente del exceso de Photoshop en las publicaciones, y en especial las de moda, la distorsión de los cuerpos que puede hacer que el público asuma ideales de belleza imposibles por no decir irreales.

Nuevamente la búsqueda de la imagen perfecta por parte de la fotografía publicitaria y de moda, pasa de seducir al espectador a chocar con este. Porque si la polémica sobre la imagen sucede con un personaje como Lady Gaga, el cual es especialista en trasformar su imagen, significa entonces que la manipulación de esta foto, esta salida de escala.

Establecer los límites de hasta donde es válido el Photoshop es casi un imposible, pero definir que se busca con cada imagen para saber si la estamos usando correctamente es un ejercicio ligeramente más sencillo. Y aunque aquí tenemos un ejemplo en particular, creo los comentarios se pueden expandir a otro tipo de publicaciones de moda, y de alguna manera nos puede ayudar a entender por qué la ficción a partir del Photoshop no ha calado con fuerza en las publicaciones de moda. Mientras si lo ha hecho en la publicidad por ejemplo.

Es el momento para recordar que la transición de la ilustración a la fotografía en las publicaciones de moda fue un proceso lento pero seguro, la connotación de modernidad, además la madures técnica y estética de la fotografía además de los avances de los medios editoriales para publicar estas imágenes inicialmente en blanco y negro y más adelante en color, fueron los elementos determinantes del dominio de la fotografía para comunicar la imagen de moda.

La ilustración de moda, tenía un alto componente de intención artística que podía distorsionar la realidad que se quería plasmar, además de ser en algunos casos una representación distante de estampados y texturas de las telas. Aunque en la fotografía de moda la intención artística no desaparece, lo fotográfico se asegura que la realidad no se aprecie distorsionada, y no necesariamente por la incapacidad de lo fotográfico de modificar la realidad, sino por el trabajo de los editores de las revistas que inicialmente buscaban claridad en los trajes presentados en esas imágenes.

Esa relación, fotografía - ilustración en la portada de Vogue USA de este septiembre es la que quiero traer hoy a colación en esta entrada. El exceso de retoque con herramientas como Photoshop[i] en la imagen fotográfica, la transforma nuevamente en una ilustración. Poco se reconoce de la foto original en la imagen presentada en la portada, el retoque ha sido en gran escala. Esta imagen es similar a una pintura donde se esparce el acrílico o el óleo sobre una imagen fotográfica impresa en el lienzo que cuando se termina la imagen original es inapreciable.

Y es por lo anterior que creo fracasa esta imagen, no por su belleza, la cual comparto, sino en su función de re-presentar un modelo real para que sea una influencia de estilo para los lectores de la revista. La silueta de Lady Gaga es contraria a la con tantos bombos y platillos política de cuerpos saludables anunciada por las publicaciones Vogue hace solo unos meses. No es la imagen en sí la que falla, es su referente fotográfico, si la imagen se hubiera presentado como una ilustración y no como una fotografía, esta discusión no tendría sentido.

Obviamente hay más de 900 páginas para deleitarnos con fotos y olvidarnos de la portada. Porque una revista de esas dimensiones nos habla del éxito que ha tenido Vogue — aquí la menciono en general — a lo largo de los últimos años. Si los números de la edición Norteamericana de septiembre del 2007 eran que una de cada 10 mujeres norteamericanas vería la revista, y eran 12 millones de ejemplares, los de esta edición seguramente serán tan superiores como las casi 200 páginas de más que la acompañan.

Y aunque he leído que la publicación está tranquila, ya que la modificación de la imagen no proviene de sus talleres sino del estudio de los fotógrafos, creo no es razón para estarlo, el que ellos no hayan retocado la imagen no los exime de las consecuencias de su publicación. No aparece en letras rojas al final el famoso texto de “El contenido de esta portada es responsabilidad de sus autores y no reflejan la opinión de la revista.” La portada no es un espacio de opinión, es una declaración de intención por parte de la publicación.  ¿Dónde quedo la ya mencionada decisión de cuerpos saludables? Porque el de Lady Gaga seguramente es bastante normal pero su representación no.

Y así parezca por el icono que aparece en la imagen que la intención de esta portada es acercar a la moda con el gran público, la imagen termina mostrando la moda como algo distante, contrario al ejercicio editorial de Vogue en las últimas décadas.


Pd. A manera de ilustración revisando material para esta entrada encontré esta recopilación de las portadas de septiembre de este año. http://www.delamodayotrosdemonios.com/2012/09/los-september-issues-del-2012.html







[i] En este caso hablamos de retoque, pero también podría ser el fotomontaje como posibilidades que nos presenta el Photoshop.  Este último como una evolución del fotomontaje análogo, ya fuera en forma de collage o en el laboratorio fotográfico, más en ese caso es más fácil para el espectador entender la representación de una ficción por parte de la imagen.

sábado, 30 de junio de 2012

Del Photoshop y la moda





“El arte es algo que ocurre en el estrecho margen entre lo real y lo irreal”
    CHIKAMATSU MONZAEMON —



“Todas las películas de ficción tienden al documental y todos los documentales tienden a la ficción”.
    JEAN-LUC GODARD —





Mucho se ha escrito del Photoshop y la imagen de moda, sobre todo de los retoques y su capacidad de transformar los cuerpos. Pero hoy quiero escribir de otra cosa; del Photoshop como herramienta para la solución de la imagen, mas desde el fotomontaje que desde el retoque. Aunque cuando hablamos del Photoshop nos referimos a las herramientas de manipulación de la imagen, mencionando la más popular de todas ellas.

Hace varios años, cuando en el cuarto oscuro podíamos producir mil trucos para hacer más llamativas nuestras fotos, ¿les suena conocido? Había un criterio que ose oía de manera casi repetitiva, “La técnica debe pasar desapercibida.”

Consejo muy sabio que creo aún es válido en los tiempos del Photoshop, estamos llenos de imágenes con miles de recursos que se usan sin razón. La imagen debe impactar, pero inicialmente no por su realización técnica. La contundencia debe estar en la imagen en su totalidad, no en el impacto de un filtro o un recurso. Distinto es si luego de ver la foto identificamos los recursos técnicos que se usaron para su construcción.

Escribía ya hace varias entradas sobre el Photoshop, y la calificaba como una herramienta para la realización de montajes y retoques principalmente, y me centraba en estas dos funciones ya que no son exclusivas del Photoshop, son anteriores a este y lo que hicieron las herramientas de manipulación digital fue de alguna manera ponerlas al alcance de más personas. Pero que el Photoshop sea hoy una herramienta mas democrática no la hace automáticamente mejor, al menos en el sentido de los resultados que produce, aunque si en la facilidad y rapidez que da a la transformación de la imagen.

Últimamente he visto algunos editoriales de moda donde es evidente la presencia del Photoshop, no en lo que llamaríamos retoque que repito no es hoy nuestro tema sino, en los montajes de la foto final. Fondos construidos, tramas sobre la imagen, y otros recursos, que creo no son adecuadas para el lenguaje de la fotografía de moda y paso a explicar el porqué.

La fotografía de moda es una ficción; atada a la realidad. Aunque la anterior frase suene contradictoria no lo es. Es ficción porque es una representación, porque es una imagen que se construye para ser realizada y aunque su temática es en la mayoría de los casos el vestido, que la ata a la realidad por la necesidad de hacer una representación de este en lo fotográfico, lo que sucede en la imagen no necesariamente lo es porque la imagen puede ser la representación de irrealidades básicas como una clase social a la cual no pertenece el modelo que en ella esta, hasta unas mas elaboradas como sumergir al modelo en un mundo de fantasía, mirando a la modelo como un personaje. El cine lo hace de manera constante, por lo consiguiente estamos acostumbrados a la lectura de ese tipo de imágenes.

Porque la fotografía publicitaria es amiga del fotomontaje, no altera su carta de naturaleza, en la búsqueda de la atención del espectador con el mensaje inicial termina siendo válida cualquier forma de representación en la imagen por mas irreal que ella sea. Además al final casi siempre aparece la foto del producto de la manera más literal posible, o el logo de este cuando es muy conocido,  lo que termina estableciendo un contrapeso, un tipo de imagen para cada uno de los dos mensajes presentados, el connotativo y el denotativo respectivamente.

Más la fotografía de moda a excepción de la de catálogo usa poco este tipo de doble imagen que llamamos viñetas, cuya función en este caso es totalmente distinta: se busca aumentar la literalidad de la imagen, dando información del ángulo oculto de la toma original. Volviendo a las imágenes editoriales con montajes digitales; es necesario crear una imagen equilibrada. La imagen de ficción que la fotografía editorial supone no es una autorización para llevar el Photoshop a los límites que puede hacerlo la imagen publicitaria, el referente de realidad es aquí bastante importante para que al final el espectador se pueda identificar con aquello que representamos en la imagen y lo pueda conectar con el mundo real, si lo vemos desde la imagen publicitaria el vestuario, los productos, deben sentirse reales, ser un referente de lo que puede ser, de cómo pueden ser vistos, y es en orden de ideas cuando e Photoshop altera de manera sustancial lo que llamaríamos la credibilidad de la imagen de moda, el momento en el que el fracasa por más espectacular que la imagen presentada pueda ser.

Porque el que se pueda hacer, no siempre es la justificación para hacerlo.



                  ♦ 

jueves, 23 de febrero de 2012

Los hombres que flotaban



El bien viene andando, pero el mal volando.
— Anónimo —


Hay entradas represadas, cosas que veo en revistas y se quedan guardadas hasta que llega una semana donde no hay un tema que grite por salir, es entonces cuando llego a un grupo de revistas que apilo con otras imágenes esperando el momento adecuado para escribir de ellas.

En la revista Soho de diciembre encontré dos pautas que llamaron mi atención cuando la abrí en enero. Hago la aclaración, porque no soy un consumidor asiduo de la revista; fotográficamente pocas veces me sorprende y cada vez menos las repetición de los mismos cuerpos, con casi los mismos rostros donde hemos encasillado nuestra belleza, pero eso es otra reflexión de la que aún no escribimos. Compre la revista por su gran cantidad de anuncios y  para ver si se repetía algo acerca de las pautas de relojes que vi en la de diciembre del 2010 y  de lo cual aún no he escrito.




En esta edición 140 un par de malos montajes en photoshop llamaron mi atención,  uno más malo que el otro ustedes juzgaran, y cuando me refiero a malos es que se notan, no tengo nada  contra los montajes, ya habíamos escrito de ellos en una entrada anterior, pero me parece que falta intención si queremos que se noten y si es para que no se noten, deberían pasar desapercibidos.  El asunto aquí son las  medias tintas o en otros  términos los trabajos a medio hacer,  comparen el hombre de la derecha vs el de la izquierda, en la siguiente imagen,  uno se ve integrado al espacio el otro flota en él.  


Porque el photoshop es una herramienta, una herramienta para  corregir, retocar, imágenes y/o para hacer montajes; crear imágenes que por presupuesto, condiciones climáticas, o alguna otra razón de producción o técnica no podemos hacer en una sola toma.

En una gran parte de las imágenes montadas  el espectador lo sabe; y sirve por ejemplo  para ilustrar la ficción de la publicidad o la moda. Ya nadie se sorprende con la imagen de un elefante volando y poco importara si se nota o no el montaje, termina siendo un asunto de dirección de arte si queremos darle un aire realístico a la imagen, o acentuar su ficción haciendo que por ejemplo se vean como un Collage. Por otra parte también es para imágenes donde queremos hacer parecer real muchas cosas que no lo son, y ese creo es el caso que nos ocupa,  porque para calificar esa imagen como evocadora de la ficción seguramente nos faltaría mucho cuento.

El photoshop llegó para quedarse, al igual que tantos recursos técnicos y algunas modas estéticas, y eso nunca será bueno y malo en sí. Al final del día será calificado por el uso que demos de ello.

He de aclarar que no soy el más observador, al mirar una revista busco lo novedoso, lo que llama la atención, no ando buscando que tanto photoshop tiene una imagen para calificarlo o descalificarlo. Este es un asunto de que uno mira y ve un hombre volando.

Y eso no se puede dejar pasar.


miércoles, 20 de julio de 2011

La estética de la mentira



“En post confio”





Veía la semana pasada la portada de la Revista Cromos, “Natalia París se revela contra la esclavitud de la imagen  no quiere más photoshop y defiende la casusa de volver a la belleza natural”  (ver enlace http://www.cromos.com.co/personajes/actualidad/articulo-141857-natalia-paris-se-rebela-contra-el-photoshop)




Para mi la axila de esa portada tiene photoshop. No sé quién redacto el titular, si fueron palabras de ella o de la revista para vender más. De eso he de escribir en estos días: en nuestro desconocimiento de la imagen cada vez es más frecuente encontrar imágenes que no ilustran lo que se está diciendo y creo esto es un ejemplo. Toco leer un poco más para entender que se referían a una campaña que realizo si o casi sin photoshop; el texto del artículo resulta ambiguo, si es un rechazo total o solo a su exceso. Pero el tema no es Natalia Paris. Fue la portada la que me hizo pensar en este tema, Hace días me llegaba el comentario jocoso de alguien que estaba cansado de los clientes que todo era “en post confió”


El retoque y el montaje son casi tan viejos como la fotografía: encontramos indicaciones de montajes en las revistas de fotografía[i] de 1850 donde la capacidad de las películas de la época hacían imposible una correcta exposición paisajes y del cielo de manera simultánea. Entonces se recomendaba un montaje en el laboratorio a partir de dos negativos cada uno correctamente expuesto para una parte del paisaje, donde también se oían críticas a paisajes marinos cargados de nubes donde no había ningún reflejo de ellas en el agua. O el magistral montaje de Oscar-Gustave-Rejlander “los dos caminos de la vida” 1857 (32 imágenes en unas 6 semanas) Con los retoques sucede lo mismo: desde tempranas épocas se retocaban las placas con lápiz de grafito y también se coloreaban las imágenes. Recursos todos que podemos encontrar en el photoshop actual.

Oscar-Gustave-Rejlander “Los dos caminos de la vida” 1857 

Por lo anterior, el retoque y el montaje hacen parte de la historia de la fotografía. Lo que ha logrado el photoshop es llevarlo a más gente y realizarlos de manera más rápida. Lo ha democratizado, porque en el pasado para hacer un retoque o un montaje se debía ser un especialista. Los errores no solo costaban tiempo sino también recursos y en muchos casos un original invaluable que no podía ser restituido.

Pero esa democratización, la incultura de algunos clientes donde aún lo más disparatado es posible, y que siempre hay alguien dispuesto a llevarlo adelante;  han hecho de esa herramienta uno de los principales focos de discordia del sector, al punto de que hay dos legiones: los fanáticos del photoshop,  sus detractores  y en el centro los que deciden no usarlo de manera exagerada. Aunque creo la mayoría de los detractores  lo hacen a escondidas al igual que muchos pintores de mediados del siglo XIX que usaban la fotografía mientras denigraban en público de ella.

Es el momento de anotar posiciones para que se pueda entender la postura del que esto escribe. Yo creo en la imagen construida y el photoshop es un recurso, que permite corregir algunas imperfecciones de la imagen: Granitos y pequeños danos de la piel por ejemplo. Modificar el color ese para mi es fundamental sea en photoshop o Lightroom, y ocasionalmente borrar cables y trípodes que quedan colados en la imagen. Recurro muy esporádicamente al montaje; no llevo ni traigo cosas.

Aunque entiendo el otro extremo. Hace días vi una foto nacional de dos modelos al lado de un león, para eso se necesita photoshop comente al personaje que me acompañaba. El photoshop permite crear irrealidades, espacios que solo son posibles en la imaginación. Al extremo de este tenemos la escenificación las fotos en algunos casos donde la fotografía da fe de la construcción de una realidad alterna y ese es su principal valor, para que me entiendan den una mirada al trabajo de Tim Walker. En Walker el photoshop, si lo hay, no es protagonista; lo es la construcción del espacio y la fotografia. Son estas dos posibilidades con todos sus puntos intermedios a lo que nos enfrentamos cuando decidimos realizar una imagen.

Pero queda un asunto al borde de esto y es que a veces parece que solo hay un acabado posible en photoshop. Imágenes híper-contrastadas localmente, con pieles de porcelana, con luces y sombras añadidas. Casi que una estética de agencia de publicidad en la cual los anuncios terminan pareciéndose unos a otros; donde hay photoshop no solamente para construir la ficción que será acompañada por el texto sino para  dar este acabado unificador que sugiere  la habilidad de quienes lo realizan, la fórmula del tutorial,  pero también evidencia su falta de ideas acerca de las posibilidades estéticas de la imagen. 

Porque el photoshop requiere habilidad, pero se requiere sensibilidad para dar el mayor provecho a la herramienta.



[i] Scharf, Aaron. arte y fotografía. Alianza editorial Madrid 1994. P.120



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