The Constructed Moment

This blog discusses the way in which we design, make, select, evaluate and publish fashion and advertisement photographies as a sub-genre. This is a place of reflection. We have no unveiled truths, yet we are seeking answers.


Mostrando entradas con la etiqueta Moda. Mostrar todas las entradas
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sábado, 9 de abril de 2016

Moda, fotografía y marcas.




Publicado en la revista Infashion en marzo del 2016




Cuando hablamos de fotografía de moda, abordamos su historia editorial. No conozco una obra que hable de la fotografía de moda desde la evolución de sus imágenes con fines comerciales. Desde los 80 tenemos suficientes ejemplos de cómo los fotógrafos han influido en la estética de las marcas: Richard Avedon para Versace, Terry Richardson para Sisley, Oliviero Toscani para Benetton y más reciente Jürgen Teller para Marc Jacobs o Céline.

Es claro que las empresas buscan fotógrafos que sepan encarnar en sus imágenes la personalidad de marca que quieren comunicar, pero no están pendientes de revisar que estos fotógrafos no terminen realizando imágenes similares para su competencia o produciéndolas de igual manera que un producto de moda fabricado en una gran bodega sin diferenciación de alguna clase. Un asunto que muchos excusarían en que el estilo del fotógrafo está por encima del lenguaje de marca, pero un argumento que no creo válido en imágenes creadas con un objetivo comercial.

Lo común sería decir qué la imagen de moda se encuentra en un momento saludable debido a la gran cantidad de fotógrafos y estilos que trabajan para una amplia cantidad de marcas que orientadas a diversos públicos, pero la realidad es otra. Hay una fuerte tendencia a las estéticas sectoriales, para citar un ejemplo: pregúntele a google por las imágenes de “Vestidos de baño, Medellín”.

Estas estéticas sectoriales, definidas como la similitud de las imágenes de varias compañías orientadas a un sector de la moda, son un asunto que necesita atención no solo para determinar las causas de este fenómeno, sino también son una reflexión que deben hacerse los departamentos de mercadeo que quieren hacer que sus imágenes se diferencien de la competencia. Aún está pendiente una gran discusión sobre la manera como las marcas diseñan y realizan sus imágenes. En la medida que desconozcamos cómo funcionan, las validamos por parecerse a las fotos que hemos visto antes. Si imitan a las marcas exitosas del sector, más confianza nos producen.

Con frecuencia todas estas imágenes son aprobadas por el personal de mercadeo, luego de su realización por el equipo de diseño. ¿Dónde se ha capacitado el personal de mercadeo para decidir si una imagen es buena o mala? Ojalá pudiéramos hacer un balance de las campañas que aprueban los gerentes de mercadeo vs las campañas que aprueban aquellos que tienen carreras de diseño. Sería un ejercicio interesante al interior de las empresas poder medir qué equipos hacen campañas más exitosas.

No estoy demeritando lo importante del trabajo de mercadeo, pero es claro que en muchos casos por su posición jerárquica terminan tomando decisiones acerca de la realización de la imagen para las cuales no han sido capacitados. Dicho de otro modo, ¿cuáles materias en los pénsum de la administración o mercadeo permiten desarrollar una sensibilidad estética para definir cuáles imágenes comerciales son las más convenientes?

La imagen es un asunto serio, ¡y en la moda lo es más! La moda sin imagen es un imposible, la fotografía y su divulgación en las revistas y el cine, son responsables de la manera como hoy la vemos y entendemos. Comercializamos la moda a través de imágenes que tienen una tradición innovadora para vendernos un futuro en el que los productos ofrecidos cumplirán nuestros sueños. Pero hoy, en aras de los resultados financieros de las compañías, tenemos empresas de moda orientadas a la venta de productos y no de sueños.


En la búsqueda de utilidades, que parece estar matando la moda, debemos evitar que los hombres de números sigan aprobando las imágenes. 





martes, 16 de diciembre de 2014

Las diferentes visiones de la moda





“La fotografía de moda hace colaborar a la memoria utilizando convenciones en su mayoría relativas a la modelo y al decorado. Estas convenciones se organizan en un sistema de signos repertoriados y combinables, es decir un código. Este código suple las debilidades del léxico del que dispone, jugando con su evolución diacrónica; la popularización de las imágenes del pasado, amplia considerablemente su repertorio.”
— Guy Goulthier —


“Ver una imagen es un acto complejo que requiere de aprendizaje”.
Marián López F & Juan Carlos Gauli P




Sin duda la moda es un tema complejo, casi inabarcable en su totalidad por una sola persona, o al menos eso se sugirió en una tertulia reciente donde hablábamos de los “expertos de moda”. Estos personajes parecen florecer en redes sociales aún sin saber bien en qué se especializan, si en el aspecto antropológico, sociológico, económico, histórico, administrativo o cualquiera de las otras disciplinas que atraviesan el (supuestamente superficial) fenómeno de la moda.

La aparente trivialidad de este concepto hace que muchos podamos participar de él, desde el registro fotográfico de una modelo hasta la escritura de contenidos basados en nuestras opiniones o la creación de eventos de moda.
Comentaba en estos días que la fotografía de moda es una superposición de códigos y convenciones no solo vestimentarios, sino también del cuerpo y de la imagen, sociales y culturales. Que lo que hacemos en las fotos de moda es acudir al recuerdo colectivo de esos signos compartidos para presentar algo que en esencia creemos novedoso.

Pero no solo en la fotografía hay códigos, en los eventos de moda también hay convenciones muy arraigadas. Algunas de estas tienen un sentido práctico, por ejemplo: sentar compradores, críticos y editores en primera fila de un desfile porque, más que jerarquía, pueden realizar una mirada más detallada a los materiales y diseños, logrando apreciar mejor cada aspecto de la colección.

Así mismo la ubicación de las cámaras de los medios al frente de la pasarela permite el registro frontal de las prendas pero además ofrece un mayor control técnico sobre el enfoque y el movimiento en condiciones de poca iluminación. Por lo irrepetible del evento y para un mejor registro se evita que algo pueda interponerse entre los fotógrafos y los modelos. En otras palabras: mientras dura el desfile esa no es un área de circulación, por lo que se evita que la gente entre, salga o se mueva de sitio luego que el desfile ha comenzado.
Los párrafos anteriores parecerán una obviedad, pero para los que asistimos al pasado Barranquilla Fashion Week no lo son. Ambos casos –y algunos otros- fueron ignorados en el evento.

Los periodistas de prensa no estuvieron en primera fila, ni siquiera en segunda,  para poder apreciar los detalles de las colecciones (Cabe anotar que incluso desde la cuarta fila podía apreciarse la falta de cuidado en la presentación y manufactura de ciertas colecciones). De igual manera, entre las cámaras y la pasarela hubo una área de tránsito permanente que dificultó el registro del evento. De la iluminación solo diré que no era uniforme, ya hay suficientes entradas al respecto en este blog para repetirlo nuevamente.

La  convención de los universos de vestuario tampoco se respetó y, aunque no es obligación, debe ser entretenido explicar como luego de un desfile de ropa infantil se presenten escenas como la del siguiente video.




Se preguntarán porque inicié hablando de códigos. Estos se aprenden por imitación: el lenguaje, por ejemplo, se balbucea y se enredan los términos antes de poder hablar fluidamente; la correcta ortografía y sintaxis son las manifestaciones del dominio total del código llamado lenguaje. La fotografía de moda, en la mayoría de los casos, se aprende desde la imitación, ya sea viendo fotógrafos o simplemente desde la realización empírica de una sesión de moda.

Y creo que en eso estuvimos, en la imitación de un evento de moda en todos los niveles, desde el armado del espacio, pasando por la mayoría del casting y lo presentado en pasarela.

En cuanto a los diseñadores, se salvan los nombres con experiencia, lo que habla de una falta de acompañamiento a los nuevos talentos. La misma asesoría necesitaban los modelos en algunos casos en donde su actitud era  tan fingida que no se entendía como una postura del cuerpo, o una propuesta de actitud,  sino como una caricatura de la postura de otros.

Mucho se ha hablado de la cantidad de eventos de moda y yo pensaría que el asunto no es de cantidad sino de calidad.  Eventos bien armados, con un nicho y una función clara no creo que sean el problema. Pero lo cierto es que los eventos de moda florecen casi igual que los expertos en el tema. La moda como espectáculo se está convirtiendo en un problema para la moda como industria, hace de su divulgación un asunto de exreinas y personajes desinformados, de medios con la etiqueta de moda pero en función de la farándula y no de la industria. Claro que una celebridad que sabe jugar con su imagen puede ser beneficiosa para el mercadeo y ser un aliciente para un grupo de consumidores que la ven como un modelo a seguir, pero cuando se acompaña de una mala divulgación de los otros aspectos del negocio, lo único que hace es construir caricaturas de lo que es visible, pero que en definitiva no se entiende.




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martes, 19 de noviembre de 2013

Sobre las colecciones.


“Como es arriba es abajo.”


La fotografía de moda como herramienta comercial ilustra colecciones y tendencias, nos muestra productos generalmente en piezas que pueden ser catálogos, editoriales, anuncio publicitarios, cada una con un objetivo distinto: los catálogos nos muestran los productos, los editoriales la tendencia y la publicidad nos habla principalmente de la marca. Diferentes sujetos para diferentes mensajes.

Pero creo las diferencias principales terminan ahí, la estructura de estas imágenes de moda es general a los diferentes piezas que con ella estructuramos, un catálogo, un editorial, una campaña publicitaria (y para mí en esta última la imagen de una marca) las cuales son colecciones de imágenes que se rigen por ciertas normas no muy lejanas a las que los diseñadores usan para hacer sus propias colecciones: evidentemente hay un tema, una paleta de colores, una descripción de siluetas, una definición de mujer que se perfecciona con el estilismo. Formas, volúmenes y texturas también pueden hacer parte de ese universo que se construye en la imagen fotográfica, de la misma manera que lo hace en una colección.

Es por eso que me extraña cada que veo colecciones de fotos de moda donde estas reglas de construcción no se respetan; así como al evaluar las colecciones de un diseñador la gente del medio nos habla de la historia que cuenta y justifican que tal atuendo se salía de los lineamientos de la colección. Creo la habilidad para evaluar la coherencia de una colección y una serie fotográfica no es tan distante, para un público informado eso debería ser casi una lectura obligatoria.

Es por lo anterior que creo que los diseñadores, editores de moda y otros actores informados de la industria están llamados a ser editores fotográficos, no en términos de evaluar cada fotografía, sino en entender el conjunto de imágenes que se elaboran y presentan al público.

En muchos medios aprecio excelentes imágenes que se salen de la historia de la colección, una buena foto en la que su propia espectacularidad, termina socavando el resto del trabajo, y convirtiendo la colección en una: historia mal contada. Así las llamamos desde la narrativa fotográfica pero también oigo que las llaman los críticos de moda refiriéndose a algunas colecciones de diseñadores.

Revistas como Vu y mas adelante Life dieron vida al reportaje gráfico, una narración a partir de un grupo de fotografías que profundizaba en un tema de una manera que la imagen periodística no lo lograba. Mientras esta última condensaba un momento determinante de la acción el reportaje gráfico profundizaba en algún aspecto a partir de una serie de fotos realizadas con un sentido específico. No es coincidencia que esa narrativa haya llegado a la moda, en la revista Vu trabajo el reconocido Alexander Libermam, quien mas adelante fuera el director creativo de Vogue Americana.

Y no solamente en los fotoreportajes, las series fotográficas, otra forma de colección donde los elementos de conexión de la obra no son temáticos sino estéticos, nos hablan de esa necesidad de otorgar lineamientos a las colecciones que armamos.


De otra manera, podremos llamar colección a cualquier grupo desordenado de cosas.



             ♠

jueves, 27 de junio de 2013

Del frente, o sobre las portadas



"La primera impresión es la que cuenta"
Anónimo


"Nunca tienes una segunda oportunidad para causar una primera impresión."
— Anónimo 





Leía en días pasados una columna (link) sobre las portadas de nuestras publicaciones de moda, las dos principales, y la autora llegaba a la conclusión de que en ellas se aprecia un estancamiento.

Dicha columna fue hace ya más de dos semanas, y desde eso llevo dándole vueltas al contenido de esta entrada: ¿de qué se debe hablar cuando hablamos de portadas? De su funcionalidad: para muchas publicaciones la portada es el gancho principal ya que las utilidades provienen de la venta en quiosco de la revista, las suscripciones cubren los gastos, pero la utilidad viene de la pauta y principalmente de lo que se venda de cada edición. En otras palabras eso obliga a que la portada llame la atención, obligue al espectador a mirar la revista y posiblemente a comprarla.

En entradas anteriores (link) hemos comentado como ciertas publicaciones han construido en sus portadas un lenguaje propio, y citó como ejemplo a i-D y Catalogue lo cual no indica que todas las revistas lo hagan de esa manera o que por repetir un esquema visual tengamos automáticamente un lenguaje. También encontramos en otras publicaciones soluciones para sus portadas diametralmente distintas a la creación de un lenguaje e igual de efectivas. En lo gráfico por ejemplo hay publicaciones que han prescindido de la cantidad de titulares presentando solo una excelente imagen y el encabezado de la publicación. Además esas portadas atacadas de texto creo que están lejos de establecer esa relación de lujo y moda que se hace imprescindible en esta gama de publicaciones hoy en día. Esa cantidad de avisos en portada creo se acercan más al volante de calle donde el papel es escaso y la capacidad de síntesis también, hojitas tan llenas de textos que dan pereza el solo buscar por donde comenzar a leer. La relación del lujo con el exceso se manifiesta en las publicaciones con el vacío, una hoja en blanco no es un desperdicio. Ese espacio vacío en el papel es tan lujoso como varios metros cuadrados de más en un apartamento, es una manifestación de abundancia y ostentación; simbolización del lujo.



Portadas de Steven Meisel para Vogue Italia 2005-2012

En lo fotográfico pongamos el ejemplo de Steven Meisel para Vogue Italia, el mismo fotógrafo la misma revista pero una gran variedad temática y estética. En este caso las portadas están atadas al editorial que realiza, no tienen un lenguaje propio mas allá de la novedad y variedad que nos presenta en su trabajo, tal vez por eso son tan exitosas, porque siempre son distintas. Porque decir que es uno de los mejores fotógrafos de moda, que nos presenta una buena ejecución técnica y un gran entendimiento del fenómeno que fotografía es generalizar. Me parece más importante recalcar, en el marco de este tema, que es uno de los fotógrafos más creativos de la industria.


Algo más?


Yo creo que si: las portadas son una manifestación de intención de la revista, no solo información de su contenido, sino un resumen de su propuesta estética, son una muestra de cómo se soluciona no solo gráficamente sino también fotográficamente. Pero en esto no hay nada que aquí no se haga.

Por ejemplo los inicios de Infashion y Fucsia: ¿Recuerdan que las primeras Infashion tenían tres portadas? Luego dos y ahora una. Seguramente un gran sobrecosto, pero los diferenciadores lo son: esas tres portadas eran un resumen de revista, algo acertado, y eran una característica única que no recuerdo de manera permanente en otra publicación de moda, un diferenciador que al fin y al cabo desecharon. Cuantas publicaciones buscan un diferenciador y aquí los desechamos. Fucsia hizo lo propio sus primeras portadas incluían el color fucsia, hasta que se destiño; en realidad era una propuesta más difícil de mantener. Bien por el intento. ¿Y ahora que queda? De vez en cuando una aparición especial del fucsia en portada. Como caso positivo tengo la revista del tesoro principalmente en el aspecto de diseño, lo fotográfico no da para ejemplo. La revista del tesoro creo la tiene clara, saben que no son una revista de quiosco, ¿han notado que el cabezote no está en la parte superior?, decisión muy acertada a mi parecer, cuando se entienden las razones[i] de las cosas, es fácil entender las modificaciones y su acierto o desacierto.



En otras palabras en nuestro caso lo gráfico está bien, en términos del diseño editorial. Pero en su ejecución mes a mes creo toca decir que me parecen más innovadoras, en ese aspecto, las portadas de Soho que las de nuestras revistas de moda. Parece que copiaran la plantilla de numero en número, y por ende el trabajo de diseño gráfico es cambiar los textos y definir en qué color van para armonizar con los colores de las prendas que las modelos lucen. ¡Aburrido!

 
Portadas revista Infashion 2011-2013



Portadas Revista Fucsia  2011-2013


Nos queda entonces lo fotográfico.  

Pero para ser honestos lo fotográfico en nuestras portadas está sometido a tres cosas: Primera una celebridad local para fotografiarla, celebridad local mata buena modelo por más que esta de una foto más impactante (en aras de esta honestidad que me embarga, generalmente los editoriales de celebridades en las revistas son más sosos, que los editoriales de moda). Y queda un aspecto adicional ya que a veces ya no nos conformamos con celebridades locales sino que utilizamos celebridades internacionales, lo cual puede ser llamativo, pero contraproducente: en el sentido que la portada debe tener la calidad para competir con la iconografía previa de la celebridad presentada. Les dejo para que juzguen.






Segunda (cosa a la que está sometido lo fotográfico en nuestras portadas, por si se des-concentraron con las imágenes)  el “look” de la modelo en portada, un “look” interesante mata buena fotografía. Así la mayoría de los que compren una revista no puedan diferenciar porque una combinación de prendas es mejor que otra, pero si puedan hacer distinciones en la calidad de lo fotográfico, ya que en nuestro medio la alfabeticidad fotográfica es mayor que la alfabeticidad de la moda. Además que en esta última sus variaciones son más rápidas que en la estética fotográfica por lo que cuando se privilegia el "look" sobre la foto. Se privilegia para un grupo de lectores más reducido. O en otras palabras queda una base más amplia para decir que está mal.

Tercera recursos, porque para nosotros la portada es una foto más, no una foto única, una buena portada requiere tiempo, cuidado y disciplina, un día de fotos y opción de portada no siempre producirá una buena portada, no hay suficiente tiempo, generalmente se hace cuando ya todos están cansados. No es lo mismo cuando en un editorial se hacen fotos que puedan ser opción de portada dentro de la estética del editorial. Porque cuando se hace una portada que debe tener características diferentes: es una sesión dentro de otra sesión. Creo produciría mejores resultados hacer editoriales con una imagen de más teniendo presente que se deben presentar opciones de portada, así habría mejor material para escoger la mejor imagen, sin descompletar el editorial, o repetir la imagen al interior de la revista cosa que no creo adecuada. De esa manera habrían más opciones para portada; para buscar el mejor look, la mejor modelo o celebridad y la mejor fotografía.

Porque un inicio es que en la portada este lo mejor.




[i] El cabezote en la  parte superior es consecuencia de la ubicación de revista en quiosco, ya que se ponen escalonadas y es esta la única parte que sobresale. . 


martes, 5 de febrero de 2013

Modelos, moda y desnudo.




"Cuando se tiene un cuerpo atractivo, muchos fotógrafos suelen comportarse de manera abusiva: 'Vamos a quitarnos esta prenda, y ¿por qué no esta otra?'. Tienes que tener mucho cuidado y permanecer atenta a cómo va evolucionando la situación. Ante todo, debes saber decir 'no' cuando eres jovencita y trabajas por tu cuenta. No todos los fotógrafos son profesionales y actúan bajo la mejor de las intenciones"
HEIDI KLUM 

“Yo creo que el desnudo en fotografía tiene su origen en la pintura y en la escultura. El desnudo es probablemente la forma artística mas clásica y pura”
— HERB RITTS —




Ya finalizado nuestro reality(1) hay asuntos importantes sobre los que debemos reflexionar. Más allá de su falta de rigor para la moda hay algunos asuntos que creo merecen una reflexión y no los debemos dejar pasar. Lo demás cuanto antes al olvido.

Uno de esos temas sucedió en la sesión de fotografías donde les pintaron la camiseta de la selección a las modelos sobre sus cuerpos. Lo dije en español, sin extranjerismos, y no creo que suene tan horrendo. De ahí creo parten inicialmente tres reflexiones que se entre mezclan: una sobre el desnudo en la fotografía de moda y la otra sobre las modelos y la realización del desnudo y si están obligadas a hacerlo como algunos sugieren.

Comencemos por el final: los que me leen saben que mi opinión respecto al trabajo de las modelos se puede clasificar en un lienzo sobre el cual el equipo de trabajo propone una presencia de mujer a través del estilismo, léase maquillaje, peinado, vestuario, accesorios etc. Y una buena modelo debe estar dispuesta a ser transformada en cualquier mujer que el equipo de trabajo crea que ella pueda comunicar a través de la imagen.

Pero el desnudo es la excepción: porque el desnudo no necesariamente implica convertir a la modelo en otra mujer, la desnudez implica un estado de vulnerabilidad por lo que es necesario consultar previamente con la modelo su disposición para la realización de la imagen. Es claro que en la frase anterior hay algunas generalizaciones, se puede estar desnuda o semidesnuda con la presencia del vestido, ejemplo la ropa interior, aquí se habla de cualquier estado de desnudez que pueda hacer sentir a la modelo incómoda y expuesta y por ende ella debe decidir si quiere que haga parte o no de la imagen. De su imagen que ella presta para la foto, esa es la función de la modelo, esa es su prerrogativa.

De lo contrario no tendríamos casos como los de supermodelos que nunca hicieron un desnudo con destape, véase Claudia Schiffer o una más reciente Alessandra Ambrosio y para ilustrar lo delicado y problemático que el asunto puede ser: recuerden la polémicas fotos de Irina Shayk para GQ España en diciembre de 2010 realizadas por el fotógrafo alemán Vincent Peters; les dejo el link del comunicado de la revista al respecto y noten como hablan de que la aceptación de la modelo y la agencia. link
Notaran en el comunicado anterior que aún una revista como GQ necesita aprobación de la agencia que “representa” a la modelo antes de publicar las imágenes.

Otro asunto es que la mayoría de las modelos, europeas, hoy en día no tienen problema con el desnudo y lo consideran parte normal de su trabajo, aunque de Europa a Suramérica hay mucha agua de por medio para decir que las cosas sean iguales. A propósito de lo anterior cito lo decía Herb Rits comparando las modelos norteamericanas con las europeas.

“América es diferente de Europa, los europeos parecen tener una actitud más natural hacia la desnudes y las formas artísticas que incluyen un cuerpo desnudo, mientras que en América siempre cuesta un poco más, creo.”

Yo también creo es suficiente ilustración acerca de este primer punto.

Porque en el tema del desnudo hay una fascinación, morbosa en algunos casos, que hace muy difícil y abordar el tema sin pasión: iniciemos el asunto del desnudo en la fotografía de moda a la luz de la clasificación de los géneros, porque si los géneros nos hablan del tema o sujeto como clasificador de las imágenes, una fotos de desnudo son eso y no tendrían que ser lo otro. En palabras sencillas si hay indumentaria es moda y si no esta no lo es. Pero lamentablemente no es tan sencillo aunque en algunos casos diría que cierto.
Ahora si clasificamos más por la utilización de las imágenes que por los géneros encontraremos muchas imágenes de desnudo dentro de la fotografía de moda donde seria enfático en decir que: no toda imagen de desnudo lo es de moda, pero una imagen de moda puede ser un desnudo, en ese caso entran el concepto, su pertinencia y generalmente las publicaciones como legitimadores de ese uso.

Para seguir adelante es necesario repetir algo que en los últimos días fue una frase frecuente de este blog: una modelo puede serlo para la moda, para la publicidad, para lo erótico y lo pornográfico. Y aclaramos que nuestro interés principal en las modelos es más para el primer género. Estamos hablando de modelos de moda para imágenes de moda. Sigamos: ¿qué necesita un desnudo para ser una imagen de moda?

Creo para responder lo anterior se dan varios fenómenos todos muy cercanos a la fotografía de moda como comunicación icónica, dicho en otras palabras una imagen que responde a ciertos parámetros en su construcción. El primero la modelo, si la modelo es un icono dentro de la fotografía de moda la imagen de por si es una foto de moda ya que hemos aceptado que esta modelo es la comunicación de la moda por excelencia, ejemplo la famosa foto de Herb Ritz de las supermodelos. Quedaría la excepción de las imágenes donde es claro que pertenecen a otro género ej. las de paparazzi o las pornográficas, sólo por habar de dos géneros que son fáciles de identificar por el público.




El segundo, los fotógrafos: todas las fotos de moda comparten unas reglas comunes que evolucionan con el tiempo, pero que hacen que puedan ser reconocidas como tales, en este caso el estilo de los fotógrafos es fundamental. Una foto que este dentro de los cánones estéticos tradicionales que aceptamos como fotos de moda, será considerada como tal. Siendo generalmente la aparición del desnudo un ejercicio estilístico puro y natural. Pero la fotografía de moda evoluciona y es en las imágenes productos de esta evolución donde el asunto puede tornarse más complejo. Y para poner un ejemplo que ayudara a que nada quede claro esta Terry Richardson. En él se mezclan la moda, lo erótico y lo pornográfico. Quedando como un criterio adicional para juzgar la pertinencia de la imagen, el medio donde se publica como un legitimador de que esta entre otras es una imagen de moda.

Al final podemos agregar un criterio y es nuestra definición de la fotografía de moda. La mía, por ejemplo,  es que sea una imagen donde se vea la manera de presentarse de un ser humano frente a los demás, con la ayuda de elementos temporales que lo adornen lo cubran o alteren su presencia.







Para los que quedan fuera de contexto, en Colombia se realizó la versión nacional de America's Next Top Model  la que considero no fue acertada en gran parte de sus planteamientos. Ver las dos entradas anteriores.

lunes, 28 de enero de 2013

Vivir o morir en un shooting.



“No tomas una fotografía, la haces”
 ANSEL ADAMS


“La belleza puede ser vista en todas las cosas, ver y componer esa belleza es lo que separa una simple captura de la fotografía”
—     MATT HARDY —



Una de las cosas que más me han molestado de nuestra versión de Colombia’s next top models ha sido el uso de la palabra shooting para referirse a la sesión de toma fotográfica. Y aunque la palabra se podría traducir como “disparando” refiriéndose al acto de concretar la imagen, no significa de por si todo el contenido de lo que hay en una sesión fotográfica y menos en una de moda donde la pre-produccion, producción y post-producción pueden tomar más tiempo que la centésima de segundo donde realmente se captura la imagen. Si hay una razón por la que este blog se llame el momento construido es por la reflexión que acabo de describir anteriormente.

El otro asunto es que no toda sesión de fotos con una modelo es una sesión de fotografía de moda; creo lo he dicho varias veces, pero toca repetirlo: las modelos pueden ser para moda, desnudos, publicidad, calendarios y sabemos también que para algunos son un simple trofeo. Porque si hay palabra que te acerque rápido a el estatus de celebridad, es la palabra modelo: de lo anterior que muchas quieran ser modelos, para luego ser actrices, presentadoras, cantantes y demás actividades más cercanas al mundo del entretenimiento, un camino mil veces transitado.

Pero al decir “top model”, nos referimos a un término acuñado en el mundo de la moda, y se hace necesario aclarar que las sesiones de la fotografía de moda son distintas a las de publicidad y a las de desnudo en todas sus variaciones. Así se parezcan en la forma su fondo es distinto. Y es ese el gran problema para hacer que los que llegan a este sector entiendan a que se refiere una sesión de fotografía de moda. La mayoría supone que la aparición de la modelo, la convierte en tal y no es así; otros suponen que es la aparición del vestido, y aunque más cercano, en algunos momentos no es totalmente cierto; al punto que podemos afirmar que hay fotografías de desnudo que tienen más de fotografía de moda que muchas de mujeres en sus vestidos. Y cuando hablamos de los fotógrafos hay múltiples ejemplos de fotógrafos de moda que trasladan esta estética a otras áreas de su trabajo, con lo que podíamos decir que hay casos en los que la estética de la fotografía de moda, pasa a otros géneros de la imagen fotográfica.

Decía Alexander Liberman, que la fotografía de moda hablaba inicialmente del vestido y que hoy es una mezcla sutil y compleja que involucra, arte, talento, técnica, sicología y comercialización para lograr presentar un ser humano con el que el espectador se pueda identificar. Otros autores manifiestan que esta aborda la manera de presentarse del ser humano, y recalcan mediante el vestido, más no cualquier vestido porque también hablan de la tendencia como manifestación del cambio o de lo nuevo. En otras palabras lo pasado de moda no puede hacer parte de la fotografía de moda.

De lo anterior podemos deducir claramente, que los famosos shooting de nuestro reality en la mayoría de los casos están lejos de ser sesiones fotográficas de moda, son más bien una masacre a un concepto de moda que algunos consideramos valido y del que creíamos el programa seria participe.

Obviamente el poder de la televisión como medio de comunicación, y este producto que nos ofrecen, hace retroceder ese concepto dejando una imagen muy desdibujada de lo que es la moda, y las modelos en nuestro medio. Y he de agregar que con el silencio cómplice de otros medios de comunicación: no he visto ninguna entrevista u artículo que haga algo por aclarar las cosas o por lo menos de establecer una reflexión al respecto, ese trabajo se ha visto más desde algunos blogs y al pasar de los capítulos se hace evidente que por lo repetitivo del programa se va perdiendo interés para comentar al respecto y simplemente aceptamos que el daño está hecho.

Lamento haber sido repetitivo pero si nuestro reality se repite en sus errores, y nos trae la repetición de producciones trasnochadas que hemos visto en otras versiones, al menos así los vemos los más interesados por la moda que por las modelos. No me queda otra opción que repetirme en mis comentarios.



Pd. Esta entrada fue escrita casi en su totalidad antes del capítulo del body painting del jueves 24, haremos espacio para una entrada sobre las modelos y el desnudo para más adelante.

viernes, 11 de enero de 2013

Más leña al fuego





“Odio todos esos programas, me irritan porque van en la dirección equivocada.”
— GRACE CODDINGTON
Refiriéndose a los reality shows como Project Runway y American Next Top Model,




Empieza con pena y sin Gloria nuestra versión del reality que “desnudara el mundo del modelaje”. En realidad se ha desnudado nuestro mundo de la moda, tal como si los que realizaran el programa en mención fueran los sastres del traje del emperador, rápidamente concluimos que estamos desnudos, nuestra industria de la moda de la que tanto hablamos es un amasijo de palabras y en el caso de que hubiera algún textil que la constituyera sería un tul de trama amplia y descocido.

A estas alturas es claro por los diferentes blogueros y opinadores, que hablar de una Modelo top en Colombia (me resisto al extranjerismo cada que puedo) es casi un imposible, se podrán barajar 2 o 3 nombres que cumplen con casi todas las condiciones, al punto que sería más correcto hablar de Colombia’s first top model. 

Y aparece el primer asunto en cuestión: no tenemos un concepto claro de que es una modelo, o cuantos tipos de modelos hay: porque las hay para moda, ya sea pasarela o fotografía donde generalmente las top se desempeñan en ambas. Pero también las hay para fotografía sin tener que ver con moda ya sea para publicidad o desnudos. Y en lo anterior radica el primer abismo insondable, aunque con muchos puentes; casi todos de un solo sentido. 

Si estamos buscando fabricar una modelo top, esta generalmente se hace en el mundo de la moda no en el de la publicidad, y no necesariamente las características físicas de las modelos dan para ambos trabajos, seamos honestos el público cervecero quiere soñar que tienen de dónde agarrar, y el público de moda maneja el estereotipo de mujer delgada aun cuando estemos hablando de tendencias que buscan mujeres reales. Tres visiones sobre el cuerpo que no se compaginan, sino que terminan dependiendo del mensaje que se quiera trasmitir a través de él. Porque eso es la modelo, es el medio por el que se trasmite un mensaje, ella lo encarna no hay mejor forma de decirlo.

Otro asunto que aparece es que estamos usando dos palabras que se deben ver reflejadas en el contenido del programa, son ellas modelo en su acepción de mujer para la moda y top, algo que supuestamente nos ubica en lo más elevado. Parte de el público espera ver no solo una casa grande donde se alojan las concursantes, sino la fastuosidad y lujo en el que simulamos, aparentamos o proyectamos desenvolvernos, no valen tarimas mal hechas, producciones sencillas y en mi concepto, refiriéndome principalmente a la grabación del cabezote, con una iluminación que es lo más simple que se puede montar y que de por si no es mala pero sumado a un escenario que también era simple daba para que algunos de mis comentarios en twitter hayan sido fuertes y hasta mordaces, pero no eran nada distinto al trato que se le estaba dando a las modelos en ese momento. Porque si el productor audiovisual del primer día se las daba de exigente con las modelos, también debió haberlo sido con la escenografía y la iluminación, se es exigente con la imagen como un todo, y más cuando es presentado como el top de la realización audiovisual en este país. Palabras, palabras palabras

Lo anterior deja otro asunto planteado, y es el trato a las modelos, veremos que sucede al respecto. El fotógrafo o director, son los que deben sugerir que es lo que sucede al frente de sus cámaras dependiendo de lo que quieran realizar, aunque se puede entender la frustración que sucede cuando lo que está frente a la cámara está lejos de lo que tienen en mente como realizadores, es la forma de sortear esta dificultad parte del nivel de profesionalismo. Aunque tengo entendido que a nivel internacional este trato puede ser mucho más duro que en nuestro medio local, esa reflexión no se debe descartar.

Y aunque en los autores de medios digitales han comentado mucho también será interesante oír a los responsables de los medios de moda impresos y masivos para saber qué posición toman o si se encuentran en un pacto de caballeros, donde es mejor guardar silencio que sacar nuestros trapos al sol. Pero para nuestra incipiente industria de la moda donde lo calificado como top parece inalcanzable, creo es necesario hacer todos los análisis posibles de esta radiografía que aunque con fines de espectáculo de masas, desnuda la realidad de nuestra industria.


Pero… pudo haber sido peor, pudieron haber llamado a Amparo Grisales de jurado