The Constructed Moment

This blog discusses the way in which we design, make, select, evaluate and publish fashion and advertisement photographies as a sub-genre. This is a place of reflection. We have no unveiled truths, yet we are seeking answers.


lunes, 10 de octubre de 2011

¡Que pase el extranjero!




“¡Que pase el aserrador..!”
— Jesús del Corral —


“-¡Pero si no lleva nada! -exclamó de pronto un niño.”
— Hans Christian Andersen —
El traje nuevo del emperador



Hace días en una charla de amigos de la fotografía y la moda llegamos al tema de los extranjeros que ocasionalmente pasan por nuestro país y resultan siendo muy exitosos. En algunos casos de la misma manera que Simón Pérez el personaje del cuento que pase el aserrador.

Los comentarios no se referían precisamente a las estrellas del primer mundo en cualquiera de sus campos, que ocasionalmente nos visitan y terminan dejándonos lecciones importantes sobre lo que hacen, cómo lo hacen y el cómo se hace lo que ellos hacen en otras latitudes. Mencionábamos otros personajes que llegan a nuestro país y terminan siendo un referente en su campo, sin razón aparente.

En realidad el fenómeno no es abundante pero sí interesante. Como cultura somos generosos con el extranjero; amables, abiertos y espontáneos. Nada de lo anterior puede ser considerado como un defecto; por el contrario, para muchos es una de nuestras mejores cualidades, ya que en un mundo globalizado ello se refiere a la posibilidad de migrar y compartir nuestro oficio con personas de otros lugares. Hago todas estas claridades para en ningún momento ser malinterpretado en el comentario siguiente.

Creo que aun vemos la moda como un fenómeno foráneo en donde las ideas, las tendencias y los referentes, nos llegan de afuera, asunto por el que en ocasiones terminamos  valorando acentos y nacionalidades mas que el trabajo en sí mismo. Lo de afuera por definición es mejor y ante eso nuestra capacidad de cuestionamiento ante estos personajes disminuye, ya que podríamos pasar por maleducados, incultos o simplemente ignorantes de nuestro oficio. Similar al cuento del traje del emperador, en el cual, a veces, era mejor callar que ofender. ¡Definitivamente un cuento de modistos!

No todos estos personajes, por llegar de afuera, nos están trayendo evolución o desarrollo para nuestras industrias; creo que el ejemplo no es exclusivo para el mundo de la moda. Lo que a veces nos demuestra falta de seguridad en lo nuestro por lo que consumimos nombres extranjeros de la misma manera que consumimos algunas marcas. El producto puede ser peor pero el efecto sicológico de su nombre es mayor.




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